LA LUCHA CONTINUA

marcha de los guionistas No sólo en Argentina se demora el acuerdo entre los chacareros y el gobierno. En los Estados Unidos, el Sindicato de Actores de la Pantalla (SAG, según sus siglas en inglés) le declaró públicamente la guerra a la Federación Estadounidense de Artistas de Televisión y Radio (AFTRA). Lo que abre una nueva varice de trasfusión entre la yugular de los guionistas y los murciélagos de la industria.


De esta manera, AFTRA negociará en forma independiente con la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP), que representa a la patronal. El punto en cuestión siguen siendo las condiciones laborales en producciones cinematográficas y series televisivas de horario estelar. Durante 27 años, el sindicato, que decide por sus 120 mil miembros y la federación, con 70 mil confederados, resolvían estos chanchullos en conjunto. Pero claro, se nota que estos chicos no escucharon hablar de Maquiavelo, un pensador del Renacimiento italiano que en el siglo XVI dijo “divide y vencerás”.

No hace falta ser un nigromante para vislumbrar que a la industria del cine, la humedad le está comiendo el respaldo del asiento. Si la piratería no le hundió el piso, la protestas de guionistas pueden ser el mazazo que faltaba para tumbar la medianera. Por eso, al cortar la manzana al medio, se asegura, por lo menos, un aliado incondicional y un enemigo intransigente.

Como para que los sediciosos entren en razón, algunas estrellas (George Clooney, Meryl Streep o Robert De Niro, como para mandarlos al frente), apuntan que Hollywood no puede permitirse otra huelga como la que sufrió recientemente a causa del conflicto entre guionistas y los grandes estudios. Esperemos que, como ocurre en todas las películas, los buenos sean los triunfadores. El problema es de que lado del mostrador se lo mira. Porque buenos, buenos somos todos.

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LAZOS DE FAMILIA

Nicole Kidman en el árbol. Abajo miran los novios En muchos aspectos la familia funciona como un lazo de contención para circunstancias extremas o un barranco desde el cual desplomarse ante el mínimo temblor. Algo de esta contradicción intenta retratarse en Margot at the Wedding (2007), un filme que reproduce los padecimientos y excentricidades de un grupo de adultos que se resisten a madurar.

No es casualidad que el director de este drama filial lo encare Noah Baumbach, cuyo material de obsesión es el papel que juegan los hijos en las parejas divorciadas. En su anterior filme, The Squid and the Whale (2005), ya había manifestado muchas de estas angustias domésticas. Pero si en aquella ocasión todo se dispersaba demasiado y hasta se perdía el foco del conflicto, en esta oportunidad la lupa amplifica donde más duele. Otro de los méritos de Noah es tener en claro el rol que debe desempeñar cada actor y hacer que cada figura se sienta cómoda en aquella piel. Esa misma confianza se transmite en forma de certeza desde la pantalla hacia el espectador.

Acaso el punto más cuestionable sea la técnica de filmación. Como un capítulo más en la bochornosa filmografía de El Dogma 95 (de los insufribles Lars von Trier, Thomas Vinterberg, Kristian Levring y Soren Kragh-Jacobsen) Baumbach casi no utilizó luz artificial en el set. Incluso las tomas en los interiores, que abundan, son demasiado opacas y se pierden profundidad en los ambientes. Un detalle no menor, que resiente la calidad del filme y que es totalmente innecesario, porque no aporta nada positivo al artificio de la grabación.

De qué va. Pauline está por casarse y como sorpresa de bodas recibe la visita de su hermana mayor, Margot Zeller, con quien hace varios años no se habla. Pero el reencuentro no será simple ni conmovedor. Mientras que las peores sospechas de Margot se confirman cuando conoce al novio de su hermana, un perdedor y holgazán, sin futuro ni inteligencia.

Al hueso. El obstáculo de las familias intelectuales es que la disputa más iJack Black con Jennifer Jason Leighnsignificante, esa que se resuelve con un par de gritos o un sopapo, puede confluir en una imperecedera recriminación existencial. Una distancia que involucra más que el tiempo y la palabra divide a estas hermanas que en una época fueron grandes amigas. Y no es que eviten enfrentar el problema o lo posterguen, sino que son demasiado egoístas para reconocer sus equivocaciones. Pauline (Jennifer Jason Leigh) parece más frontal mientras que Margot (Nicole Kidman), bella y exitosa, es una víctima de su propia vanidad.

Aunque el hilo que mueve todas las piezas es la imposibilidad de asumir los fracasos amorosos al pasar la barrera de los cuarenta, el papel que representa cada uno, es una caricatura de su idiosincrasia. Así, Malcolm (un desatinado Jack Black) es un crítico musical tan minucioso, que nunca termina sus análisis. Está enamorado de Pauline, pero le gusta su hermana y coquetea con una adolescente que llega a la casa. La belleza de Margot solo es comparable a las extravagancias a las que somete a sus parientes cercanos. Aunque es una escritora respetable y una dama circunspecta no consigue la felicidad y vive en la contradicción. Por un lado, a su hijo Claude de 6 años, le cuenta secretos íntimos de otras mujeres, le recomienda el uso de preservativos, pero no se anima a decirle que va a abandonar a su padre. La más cuerda parece ser Pauline, aunque lleva una vida desordenada y está dispuesta a cualquier sacrificio para no quedar sola. Estas y otras disfuncionalidades afectivas se describen con ironía o despiadada crudeza en Margot at the Wedding.

En definitiva. Una historia compleja, con muchos matices, no apta para quienes busquen respuestas fáciles o finales con moño.
Score: 7/10



TITULO
: Margot y la boda afiche de Margot at the Wedding
ORIGINAL: Margot at the Wedding
ESTRENO: directo al video, en Argentina
ORIGEN: EE.UU.
AÑO: 2007
DURACION: 92 minutos
DIRECTOR: Noah Baumbach
REPARTO: Nicole Kidman, Jack Black, Jennifer Jason Leigh, Ciarán Hinds, John Turturro, Zane GUION: Noah Baumbach
FOTOGRAFIA: Harris Savides
WEB OFICIAL:
www.margotatthewedding.com

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Más estenos y cartelera de cine





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HUELLAS DE ELEFANTE

Aaron Thomas, Follow the Elephants Aunque cueste admitirlo, la música globalizada y homogeneizada da como resultado que todos los grupos del mundo suenen a Coldplay, Queen, Radiohead (o Spinetta, como se dice por acá). De este pasto para vacas flacas hay muchos que se alimentan, pero también hay excepciones. Una de ellas es Aaron Thomas, cuya tonada evoca los campos de trigo y luna sobre los charcos.

Más allá de la estereotipada alegoría pastoral, este joven compositor australiano que reside en Madrid, demostró que para agarrar una guitarra y enfilar algunas estrofas, no hace falta tener el aval de una trayectoria o vender la fachada de un bohemio excéntrico. Este muchacho acaba de editar Follow the Elephants, su disco debut y a primera escuchada, la comparación con el E.P Lon Gisland de Beirut, que desembocó en el inexpresivo The Flying Club Cup (2007) son inevitables. Pero mientras el otro murió con el juramento en los labios, este entrega la frescura de un songwritter que sin apuntarse al guiño de la moda retro, lleva la música bucólica entre sus costillas.

El tema que abre el disco es Descending y aunque no pasa de una balada enamoradiza, exhibe las insignias de un folk de rigor. Al pasar a la siguiente pista, Any More, algo raro se instala en el ambiente. Un aire de lejanías melancólicas que llega acompañado por una guitarra dulzona. El corte más popular es Kill This City, porque encuentra parentesco con algunos temas de Muse y otros hacedores de suspiros. El punto más elevado del CD llega con Down to Earth, una canción en donde encuentra el equilibrio entre composición, ritmo y desenlace. Un disco para meter la cuchara hasta el fondo sin temor a empalagarse. Un artista para colgar en la lista de favoritos.

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SALTO AL VACIO

Hayden Christensen lucha contra el malo de Samuel L. Jackson Hay dos formas de examinar a Jumper (2008) con la estricta mirada de un dogmático o la volátil curiosidad de un adolescente. Quien opte por la primer mirada, quizás nunca llega a los títulos de cierre, mientras que el requisito para disfrutarla de punta a punta es no juzgar su desarrollo ni acumular expectativas.

Su director, el neoyorquino Doug Liman es un tipo que tiene bien en claro como se estructura una película de acción. Su participación en Mr. and Mrs. Smith (2005) y The Bourne Identity (2002) constituyen la muestra más cabal de su perfil técnico. Diálogos, los básicos para seguir los movimientos; desplazamientos de cámara, rápidos y permanentes; todo esto aliñado con disparos, latigazos y cualquier exposición que genere nerviosismo en el espectador.


Aunque se trata de un producto que apunta al ego juvenil, la música es su aspecto más descuidado. Si bien el compositor John Powell (un especialista en orquestar bandas de sonido) intenta transmitir el espíritu del rock en cada track, nunca logra dar con la cuerda justa. Las escaramuzas y lo instrumental son como dos canales independientes que en algún punto se tocan, pero que casi nunca se ensamblan. Se podría justificar a Liman – o a Powell- diciendo que su intención es mantenerse fuera de la estética del videoclip, pero la diferencia entre no querer y no poder es tan amplia, como la que separa al rock de la balada.

De qué va. El joven David Rice descubre en una situación límite la habilidad para teletransportarse. Esto abrirá las puertas de un mundo fascinante y le permitirá viajar de un punto a otro del universo sólo con dar un salto al vacío. Pero pronto descubrirá que no está solo. Una secta llamada Los paladines, se dedican a cazar a "los saltadores".

El galán y su chica, la sensual Rachel BilsonAl hueso. El tema de los súper poderes es un tópico que prendió fuerte entre el público, pero que está llegando a su punto de agotamiento. Y si bien, históricamente, siempre hubo justicieros (Batman, Superman, Spiderman), con X-Men (2000 - 2003 - 2006) los héroes dejan de habitar en fortificaciones amuralladas, vestir trajes especiales y ocultarse en un antifaz, para convertirse en gente normal. Encima, series como Los 4400 y Héroes se encargaron de sacarle hasta la última gota de poder a esta idea lucrativa.

En Jumper se sigue esta misma línea, aunque con algunos defectos importantes. Si bien esta programada como una trilogía, el primer episodio de la saga, no ofrece ningún desarrollo del personaje y deja muchas preguntas sin responder. Nadie sabe las causas o los alcances que tiene ese don, si lo contrajo o es hereditario y cuales son las consecuencias de un uso intensivo. Como única explicación, los productores parecen dispuestos a confirmar lo obvio, que "el tipo es distinto, sí y… cuál es”. Pero esto sólo alcanza para un rato de diversión, no para una secuela.
La ficha ganadora de Jumper es la idea desde la que parte. Si se la condimenta con buena mano –no es el caso de la actual- puede llegar a resultar un plato sabroso. Pero se nota que todavía le faltan algunas vueltas de horno para convertirse en un bocadillo tentador.

En definitiva. Para el que busque un rato de diversión, sin grandes pretensiones. Si alguien le pone un gramo de ilusión está perdido. La clave para disfrutarla es el desinterés.

5/10



TITULO: Jumper
poster asiático de JumperESTRENO: 3 de abril (en Argentina)
ORIGEN: EE.UU.
AÑO: 2008
DURACION: 88 minutos
DIRECTOR: Doug Liman
REPARTO: Hayden Christensen, Samuel L. Jackson, Diane Lane, Jamie Bell, AnnaSophia Robb, Michael Rooker, Rachel Bilson, Tom Hulce
GUION: David S. Goyer, Simon Kinberg, Jim Uhls (Novela: Jumper de Steven Gould)
MUSICA: John Powell
FOTOGRAFIA: Barry Peterson
WEB OFICIAL: http://microsites2.foxinternational.com/es/jumper

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UN MAL TRAGO

Axl Rose En lo que sin dudas se ha convertido en el disco más largo y caro de toda la historia del rock, Chinese Democracy, de Guns N'Roses, sigue cambiando de fecha y ahora está previsto para….
Como para chicanear a su líder y generar un poco de tráfico verbal, una gaseosa norteamericana llamada Dr Pepper le puso un desafío al bocón de Axl Rose. Si el postergado CD llega a editarse durante el 2008, la compañía se compromete a suministrar una botella de su brebaje a cada ciudadano de aquel país. Y como para que el puntinazo vaya directo al ángulo, agregaron que los únicos exceptuados al premio serán Slash y Buckethead, los antiguos guitarristas de la banda.


Aunque el chanchito con trenzas no le queda tocino ni para ironías, respondió con tono sobrador que está sorprendido y feliz por contar con el apoyo de esa bebida. Y para que nadie lo acuse de tránfuga, aclaró que no tiene ningún acuerdo comercial entre su grupo y la marca de bebidas.

Al día de hoy, la banda que gira pero no define (algo similar a los Divididos, salvo que Mollo todavía no promete nada) reúne la siguiente formación:

Axl Rose (unico miembro original) - Vocalista
Robin Finck (ex Nine Inch Nails) - - Guitarrista
Richard Fortus (ex cuatro de copa) - Guitarrista
Ron Thal (ex cuatro de espada) - Guitarrista
Tommy Stinson (ex cuatro de basto) - Bajista
Frank Ferrer (ex cuatro de oro) – Baterista
Dizzy Reed (cuatro de copa en vigencia) - Tecladista
Chris Pitman (cuatro de basto en vigencia) - Tecladista


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PURO GRITO

Joaquin Phoenix discute con Jennifer Connelly Con muy pocas horas de rodaje encima, Terry George demuestra que es un tipo juicioso. Alguien a quien se le puede confiar un proyecto como Reservation Road (2007), que no la va a arruinar con planos retorcidos, colores saturados o una edición que pone el principio al final y suelta el desenlace por el medio. En pocas palabras, una marioneta a tracción de sangre que habla y mueve la cabeza para decir siempre que sí.

Cuando a un cineasta le entregan una cajita con cuatro actores convincentes y un guión que ofrece pocas escapatorias, tiene un excelente material para demostrar su ingenio. Porque convengamos que si todo hubiera sido perfecto, no necesitaban al manso de George para este trabajo. Se escogía a un director como Darren Aronofsky o David Fincher que le aportaba un poco más de originalidad al rodaje. ¿Que hizo este señor entonces? Ante la perspectiva de un fracaso, algo que hubiera repercutido perjudicialmente en su carrera, optó por no asumir riesgos, filmar el guión en forma lineal y aprovechar apenas un 10 por ciento de esa cajita de emociones que le entregaron.

Como todo principiante que busca ser respetado, Terry guarda una tarjeta de presentación que reza Hotel Rwanda (2004). Esta identificación le sirvió para destrabar el portón principal pero para los siguientes ingresos necesita obtener nuevos pases. Y la forma de ganarlos es filmar capítulos de series que nadie sigue o unitarios perdidos, que no cotizan como referencia pero suman puntos para obtener el siguiente visado. Ese que ganó para filmar Reservation Road y que ahora le permitirá seguir ascendiendo por los peldaños de la mediocridad.

De qué va. El profesor universitario Ethan Learner y su familia detienen el auto en una estación de servicio ubicada en Reservation Road. Su esposa y la niña van al baño mientras él compra un lubricante. En ese momento su hijo se encamina a la ruta para soltar unas luciérnagas y el coche del abogado Dwight Arno lo atropella sin querer y huye.

Al hueso. Cuando el dolor es el nudo principal de la trama, se pueden elegir varias formas de transmitirlo.Joaquin Phoenix le habla a Mark Ruffalo Con gestos, susurros, miradas, la imperceptible alteración del carácter, o simplemente, el desconsuelo. Si alguien necesita recurrir a todos estos elementos para decir algo que se resume en pocas palabras, es que tiene un severo problema de comunicación. Mucho peor si el medio es el cine, donde la imagen ayuda a enfatizar el dramatismo. La conclusión más vertical es que el director quiere que su mensaje quede claro y si para fijar esta idea debe ser redundante y abusar de los golpes bajos, todo será válido.

En una película en donde no hace falta aclarar nada, porque no tiene segundas miradas ni juega con la interpretación, todo necesita ser dicho dos veces. Y esto pone en un papel ridículo a los actores. El saleroso de Mark Ruffalo quiere mostrar su padecimiento, pero los años de comedia romántica le hacen contrapeso y todos los parlamentos le salen con medio brote de sonrisa. Por el contrario, Joaquin Phoenix está tan pasado de rosca que es difícil encontrar una escena en la que no esté soltando lágrimas o gritos. Las únicas que escapan al naufragio son las chicas. Simplemente porque Mira Sorvino y Jennifer Connelly se muestras en contadas ocasiones.

En definitiva. Una filme que subestima a su público y pretende simplificar el sufrimiento en una lágrima o la bronca en un puñetazo.
Score 4/10

TITULO: Reservatio road
ESTRENO: para abril, sin fecha
ORIGEN: USA
AÑO: 2007
DURACION: 102 minutos
DIRECTOR: Terry George
REPARTO: Joaquin Phoenix (Ethan Learner), Mark Ruffalo (Dwight Arno), Jennifer Connelly (Grace Learner), Mira Sorvino (Ruth Wheldon), Elle Fanning (Emma Learner), Eddie Alderson (Lucas Arno), Sean Curley (Josh Learner).
GUION: John Burnham Schwartz y Terry George; basado en la novela de John Burnham Schwartz
MUSICA: Mark Isham
FOTOGRAFIA: John Lindley
MONTAJE: Naomi Geraghty

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EL MITO DEL GUERRERO

Teatro chino en Warlords Con un presupuesto holgado y muchas expectativas en sus espaldas, Warlords (2007) es una súper producción que convocó a tres grandes astros del cine asiático: Jet Li, Andy Lau y Takeshi Kaneshiro. Aunque su propósito es hacer saltar la taquilla y clavar algunas medallas en su pecho, también intenta respetar los tres axiomas del cine oriental: belleza, acrobacias y violencia.

En occidente, el nombre de Peter Chan dice poco, apenas se lo asocia con una comedia musical de medio pelo llamada Perhaps Love (2005). Este director hongkonés cobró cierta notoriedad al desempeñarse como asistente de dirección de John Woo. Pero quizás Chan no sea tan bueno con la cámara como muchos suponen, no es casualidad que el filme lo co-dirija Wai Man Yip, un tipo más ducho al arte de los planos. Lo que nadie puede dudar es que Chan sea una persona respetada en Hollywood por su astucia como productor. Es uno de los responsable del éxtio de The eye, tanto de la versión original de los hermanos Pang (2002) como de la Norteamericana (2008) y de otros clásicos de terror como Dumplings (2004) y Three... Extremes (2004).

Así que la idea con Warlords es lograr un producto respetable, pero también trazar un puente entre dos grandes capitales de la industria del cine. No es capricho de nadie que en algunas partes de un filme que cuenta las vivencias de la Dinastía Manchú de China, se hable de crucifijos y se mencionen los milagros de Jesús con los panes. El mensaje que ronda entre líneas es: cualquier aproximación entre ambas culturas, será agradecido por los inversores. Y que mejor que un peón como Peter Chan para establecer el nexo.

De qué va. Esta remake de The Blood Brothers (1973), de Zhang Che, narra las peripecias de tres hermanos de sangre que deciden unirse al ejército de su país, para impartir justicia y combatir la hambruna que azota la región.

Al hueso. Ni tan sutil como Héroe (2002), tan despiadada como Ichi the Killer (2001) o abier
tamente comercial como El último Samurai (2003), Warlords es una síntesis Andy Lau, Takeshi Kaneshiro y Jet Lide estos tres títulos. Y si bien el desarrollo de la épica por momentos hace que, salvo aquellos que tengan un Master en historia China, se priven de seguir el argumento, estos no es un impedimento para ser partícipe de una trama divertida, filmada con cierta coherencia estética y pensada para agradar a todo tipo de público. El hecho de que los tres actores protagónicos sean rostros reconocibles ayuda para no sentirse ajeno a la ficción. Otros aspectos occidentalizados que ofrece la producción son la música, que en algún punto se toca con Gladiador (2000) y la cantidad de extras utilizados para cada escena, algo que rememora a colosos de la época dorada como Ben-Hur (1959).

En definitiva. Entretenida de principio a fin, con un argumento millones de veces contado y escuchado, pero con gran despliegue visual. Perfecta para los amantes de las gestas épicas.

Score: 6/10




TITULO
: Tau ming chong
ORIGINAL: The Warlords
ESTRENO: sin fecha en Argentina
ORIGEN: China, Hong Kong (hablada en Mandarín)
AÑO: 2007
DURACION: 127 minutos.
DIRECTOR: Peter Chan + Wai Man Yip
REPARTO: Jet Li, Andy Lau, Takeshi Kaneshiro, Jinglei Xu
GUION: Tin Nam Chun, Junli Guo, Jiping He, Jianxin Huang, Jo Jo Yuet-chun Hui, Oi Wah Lam.
MUSICA: Kwong Wing Chan, Peter Kam, Leon Ko
FOTOGRAFIA: Arthur Wong
WEB OFICIAL: http://www.warlordsthemovie.com/
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NO MERECEMOS ESTO

Por alguna razón inexplicable uno siempre se ilusiona con aquella película que está por estrenarse. Ya sea porque la lleva un director talentoso, por un elenco que no defrauda o porque nos embalamos con los avances. Lo cierto es que después resulta ser una loncha tóxica y por más concentración que se invierta, no hay procedimiento que la salve. Para inmunizar a posibles víctimas de este ladrillazo en el mate, una lista de los 10 filmes que ni el más pichón merece padecer.

1) A L'INTERIEUR (a.k.a INSIDE- 2007)
Terror (Francia) De Alexandre Bustillo y Julien Maury. Con Béatrice Dalle, Alysson Paradis, Nathalie Roussel, François-Régis Marchasson, Jean-Baptiste Tabourin. 83 minutos.
Vampiresa. Se la promociona por lo bajo como una secuela de Trouble Every Day (2001), de Claire Denis. Incluso la protagonista es también la sensual Béatrice Dalle. La primera media hora, asusta y mucho. Cuando uno se pregunta en qué va a terminar tanto espanto reprimido, la estantería se viene abajo. Porque el filme se convierte en un festival para carniceros, digna del mejor cine gore.

2) DEATH SENTENCE (2007)
Suspenso (EE.UU.) De James Wan. Con Kevin Bacon, Garrett Hedlund, Kelly Preston, Jordan Garrett, Stuart Lafferty, Aisha Tyler, John Goodman. 106 minutos. Se estrena en Argentina el 15 de mayo como Sentencia de muerte.
El vengador. Nick Hume (Kevin Bacon) es un ejecutivo que de un día para el otro se convierte en un matarife que sale a cazar delincuentes por los barrios marginales. Como un Charles Bronson, pero sin aguante. Un desastre.

3) LARS AND THE REAL GIRL (2007)
Comedia dramática ( EE.UU.) De Craig Gillespie. Con Ryan Gosling, Emily Mortimer, Paul Schneider, Kelli Garner, Patricia Clarkson, Nancy Beatty. 106 minutos. Se estrena en Argentina en abril.
Amor inflamable. Un muchacho tímido e introvertido se enamora de una muñeca de plástico. Como el tipo delira, se cree que la mina de caucho es de verdad. Y la gente del pueblo, para no amargarlo, le sigue la corriente. Pero lo peor del caso es que no se cuenta en tono de comedia, sino como un drama con algunas situaciones divertidas.


4) MALOS HABITOS(2007)
Drama (México) De Simón Bross. Con Ximena Ayala, Elena de Haro, Marco Antonio Treviño, Patricia Reyes Spíndola, Milagros Vidal. 138 minutos.
Santísima. Con el envión que le dio su paso exitoso por Cannes y varios festivales, llega esta historia que pretende cuestionar el dogma religiosa y termina siendo más puritana que la Virgen de Guadalajara.

5) HE WAS A QUIET MAN (2007)
Comedia (EE.UU.) De Frank A. Cappello. Con Christian Slater, John Gulager, Elisha Cuthbert, Jamison Jones, Michael DeLuise. 95 minutos.
El atentado. La oportunidad de ver a un Christian Slater pelado y panzón, que abandona su papel de galán para protagonizar una comedia acida, se transforma a los 10 minutos en un plato agrio, incomible, aburrido. Y eso que le pusieron un elenco que empuja. Pero viejo, cuando no va, es al pedo forzar la máquina.

6) DAN IN THE REAL LIFE (2007)
Comedia (EE.UU.) De Peter Hedges. Con Steve Carell, Juliette Binoche, Dane Cook, Alison Pill, Brittany Robertson, Marlene Lawston. 98 minutos. Se estrena en Argentina el 1° de mayo.
Sin condimentos. Con una simpática dupla protagónica Steve Carell (Vírgen a los 40) y Juliette Binoche, son la excusa para una comedia de enredos que termina enmarañada en su propio ovillo.

7) HOT FUZZ (2007)
Comedia (Reino Unido-Francia)

De Edgar Wright. Con Simon Pegg, Nick Frost, Jim Broadbent, Paddy Considine, Timothy Dalton, Bill Nighy, Billie Whitelaw. 121 minutos.
Ajusticiados. La expectativa no podia ser mayor. Mismo elenco y equipo técnico de la brillante Shaun of the Dead (2004). Tantos preparativos para terminar en una previsible trama policial que intenta forzar la riza por medio del ridículo. Resumo de qué va: dos agentes son enviados a un pueblo como castigo. Y justo, justo, se arma el quilombo, adivinen dónde .

8) BREATH (a.k.a. SOOM - 2007)
Drama (Corea) De Kim Ki Duk. Con Chen Chang, Jung-woo Ha, Ki-duk Kim. 84 minutos. Se estrena en Argentina el 11 de septiembre.
Trío. Si algo faltaba para confirmar que el bueno de Kim Ki Duk es un director que rueda para ganar premios en los festivales, esta película es la prueba. Historia pretenciosa, sin peso ni relevancia, entre un preso, su amante y el marido de la tilinga.

9) THE INVASION (2007)
Ciencia ficción (Australia - EE.UU.) De Oliver Hirschbiegel. Con Nicole Kidman, Daniel Craig, Jeremy Northam, Jackson Bond, Jeffrey Wright. 99 minutos.
De cuarta. Una espina que aprovecho para sacar. Si hay tres versiones ejemplares de Invasion of the Body Snatchers (1945,1956, 1978) a quién se le ocurre hacer una cuarta que en lugar de sumar, resta. Pero por favor.

10) DEATH PROOF (2007)
Suspenso (EE.UU.) De Quentin Tarantino. Con Kurt Russell, Zoe Bell, Rosario Dawson, Vanessa Ferlito, Sydney Tamiia Poitier, Tracie Thoms. 114 minutos.
Dos x uno. La propuesta había sido crear un filme a medias con Robert Rodriguez. Tarantino se ocupaba de contar una historia y su amigo de la otra. Pero como decidieron separarlas y hacer dos distintas, Rodriguez (Planet Terror) la reformó y quedó un jamonazo, el Quentin le agregó 1 hora de diálogos intrascendentes en el medio, como para estirar la masa. ¡Puaj!

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LO BUENO NO ABUNDA

Tres bandas que escapan del perfume a billete que destila el circuito comercial. The Devastations, The Cat Empire y Elf Power se preocupan por editar discos en serio y no en serie. Cualquier material que consigas de estos pibes, te va a achicharrar la peluca. No son conocidos en Argentina y tampoco les interesa serlo. A continuación, material para procesar con una visera de amianto.

Como para quien tenga voluntad y tiempo para dedicarles, algunas recomendaciones del costado por donde mejor entrarles. Porque si hay algo que tienen estas bandas es un sonido difícil de encasillar. Pasan de la alegría al llanto en un acorde y se adaptan a los estilos en el lapso que separa a dos notas. Los dos primeros son australianos y para los que creen que la música helénica se terminó con Zorba el griego, no tienen más que escuchar a Elf Power para retractarse del error.

El ligero ronroneo de The Cat Empires se vuelve una caricia en Two Shoes (2005) su tercer larga duración. La mayor proeza de estos australianos consiste en combinar todos los géneros imaginables (reggae, ska, jazz, funk, opera) en un mismo tema y sin despeinarse. Tienen dos CDs más. Cities (2006) es bastante desparejo pero logra momentos placenteros.
Los gatos maúllan en

Es raro que alguno de los tres disco de The Devastations te deje a
gamba. Aunque ninguno como Coal (2006) para una tarde frenética de calor y vino rubio. El trío se encuentran más que cómodo con los arreglos del rock sinfónico, pero no tienen problemas en volverse oscuros y recordar a Joy Division o ensayar melodías que sonrojarían a Nick Cave. Yes U (2007) se editó hace poco y no desentona con sus anteriores trabajos.
La devastación está acá

Las cosas que uno descubre. Resulta que estos tipos de Elf Power son unos atenienses que tienen 10 discazos y todavía no salen de gira con los Rolling Stone. Aunque les gusta el sabor de la psicodelia, no desmerecen el rock de guitarras o las baladitas para el beso. Lo mejorcito llega por el lado de When the Red King Comes (1997) o el sazonado Walking with the Beggar Boys (2004). Aunque los líderos son los multinstrumentistas Andrew Rieger y Laura Carter, son del mismo colectivo en el que viaja the Apples (In Stereo), Neutral Milk Hotel, y the Olivia Tremor Control, con quienes comparten, integrantes, ideologías y otras afinidades.
Los elfos giran en

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LOS MOJADOS

Valeria Bertucelli (Lluvia) Nada más dramáticamente complejo que narrar una historia de amor imposible en medio de un temporal. Ese parece ser el mayor desafío que enfrenta la directora Paula Hernández en el filme Lluvia (2008). El siguiente reto, sostener casi dos horas de metraje con sólo una pareja frente a cámaras, sin la intervención de personajes secundarios. Es cierto, la nueva productora Patagonik no escatimó talentos para la puesta y esto ayuda para sostener la historia.


Desde la impecable fotografía de Guillermo Nieto (colaborador de Pablo Trapero y Ulises Rosell), la dirección artística de Mercedes Alfonsín (El aura – 2005, Monobloc – 2004 y Luna de Avellaneda – 2004), hasta la producción ejecutiva de Juan Vera (El niño de barro – 2007, El hijo de la novia – 2001), el rubro técnico es un verdadero lujo. Acaso quien menos pergaminos tenga para exhibir sea su directora. Quien se hizo conocida en el 2001 con Herencia y volvió a alumbrar el año pasado con la aséptica Familia Lugones. Pese a ello, logra un producto de gran nivel visual, con el condimento exacto de saturación, el punto justo de desenfoque y el ángulo correcto para mostrar cada toma.

De qué va. Hace tres días que no para de llover en Buenos Aires y el auto de Alma se encuentra atascado por una manifestación. De pronto Roberto abre la puerta del vehículo y se mete dentro. ¿De donde escapa este señor? ¿Por qué está tan sola Alma? Cuestiones que se iran develando paulatinamente.

Al hueso. Si hay algo que tiene para ofrecer Lluvia son interrogantes. Demasiadas intrigas y misterios que muchas veces, se resuelven a destiempo o cuando el espectador perdió elErnesto Alterio y Valeria Bertucelli interés en su desenlace. Para empezar a disfrutar de la historia, hay que soportar un prólogo demasiado extenso, que en lugar de caracterizar a los personajes, los termina desfigurando. Uno cuestiona por qué Alma, una chica lúcida y prudente se baja de su coche en medio de un embotellamiento para comprar una petaca de whisky. Por qué Roberto, un extranjero de buen pasar, corre por una autopista con una mano ensangrentada. Acaso el truco está en hacer creer lo qué no es para aumentar las sorpresas. Quien sabe.

Más allá de este tropiezo, la conexión de los personajes tarda en establecerse, pero cuando se logra, es sólida y se sostiene sin flaquezas. El papel más simple y carismático le tocó a Valeria Bertucelli. Ella hace de chica argentina conflictuada. Algo que seguramente, le habrá tocado representar en la vida real. En cambio, Ernesto Alterio (sí, el hijo de..) tiene la responsabilidad de ser un tipo juicioso, casado y con una hija, que encima juega de visitante. Todas esas imposiciones le quitan brillo a su despliegue, porque precisamente, su rol es el de un tipo opaco, que tiene una vida resuelta y sin traumas.

En definitiva. Una historia pequeña pero emotiva, que yendo de menos a más, logra exponer que al final de cualquier tormenta siempre sale el sol. Ideal para melancólicos.
Score 6/10


TITULO: Lluvia
ORIGEN: Argentina
AÑO: 2008
DURACION: 110 minutos
DIRECTOR: Paula Hernández
REPARTO: Ernesto Alterio y Valeria Bertucelli
GUION: Paula Hernández
MUSICA: Sebastián Escofet
FOTOGRAFIA: Bill Nieto
MONTAJE: Rosario Suárez
WEB OFICIAL: http://www.lluvialapelicula.com/



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MUNDO NUEVO

escena de The Mist Tres filmes que abordan una temática similar: el fin de la humanidad, pero con una mirada muy diferente. Mientras La hora fría (2006) se propone reflexionar sobre la soledad y el encierro, The Mist (2007) aspira a entretener y Tooth and Nail (2007) se conforma con llenar la pantalla de sangre. A este trío se le puede sumar la reciente I Am Legend (2007), cuyo mayor anhelo es la comercialización del producto. Dejemos esta última a los financistas y vayamos un poco más en profundidad con las otras.

Pese a la brecha que las separa, las tres tienen varios puntos en común. Porque todas recurren al horror para retratar la situación de un grupo de sobrevivientes a quienes los amenaza una fuerza exterior. Las armas así como los alimentos son escasos. Esto deriva en fuertes discusiones para ver quien está mejor capacitado para ser el líder. En algún punto de la historia, todas se plantean la búsqueda de sobrevivientes y la mudanza del refugio. Como para desviar la atención en algunos tramos cruciales o llevarla a su pico más alto, el papel secundario lo ocupa un niñito/a que entra o sale de los conflictos según la ocasión.

Si hubiera que definirlas por su ideología, La hora fría respondería al campo de la intelectualidad, escena de La hora fríaporque su fin es generar sorpresa a través de una estética independiente. The Mist (La niebla) dirigida y adaptada por Frank Darabont, es un típico producto de masas, que combina varios tópicos del terror clásico de los 70’ en una misma producción. Tooth and Nail (Con dientes y uñas) está orientada a un público adolescente que no se deja impresionar con palabras. Mientras que la primera fue escrita y dirigida por el español Elio Quiroga, la segunda está basada en el libro homónimo del señor Stephen King. La otra, para no ser menos, fue guionada y conducida por Mark Young, lo que se dice, un cuatro de copas absoluto.


A pesar de que el apocalipsis es el centro de la ficción, la trama sólo avanza cuando alguien es asesinado o desparece. Pero mientras que La hora fría está más relacionado con lo sobrenatural y el misterio, The Mist recurre a los valores morales para sostener la tensión en el relato y Tooth and Nail, pobrecita, no sabe bien para donde disparar y se defiende a palazos.
De todas, la española es la más profunda, logra atrapar más fácilmente al espectador y los personajes están mejor desarrollados. Se nota que las criaturas que aparecen son de animación computarizada, pero como están bien dosificadas, no se termina de adivinar el truco. La de Frank Darabont es pura adrenalina. No escena de Tooth and Nailterminan de bajar los títulos de presentación que el conflicto ya está planteado y la acción se destapa sin tregua. Los bichos que aparecen son dibujitos escapados de un videojuego, pero al ofrecer una utopía tan entretenida y cambiante, se toleran estos deslices. Nuestra tercera en discordia, pese a que persigue la causa y no la consecuencia, es quien logra un mayor suspenso en sus comienzos. Claro que esta sensación pronto se disipa. Pese a contar con un elenco de figuras clase B (Michael Madsen, Vinnie Jones, Robert Carradine, Rachel Miner) en lugar de aprovechar la experiencia que le pueden aportar estos actores, el torpe de Mark Young los van liquidando sistemáticamente, una vez que les enfocó el rostro. Que pichonazo.

En definitiva, como para colar algún númerito y pasar revista, decimos:
La hora fría (presente) ------- ------------tiene un 6/10
The Mist (sí)-------- The Mist (acá) ------va con 5/10
Tooth and Nail (levanta la mano en silencio) ------3/10 (a marzo, caracho)

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CON EL AGUA AL CUELLO

Ewan McGregor y Colin Farrell, abordo del Cassandra Entre las fijaciones que acompañan a Woody Allen, una de las más productivas es aquella que lo obliga a estrenar una película por año. La contracara de esta compulsión es que no siempre consigue un producto de calidad. Para justificar esta tenacidad, sus más fieles seguidores dicen que cada tres películas regulares aparece una deslumbrante. La marca pudo haber sido Melinda and Melinda (2004) (en el medio quedaron Match Point – 2005 y Scoop – 2006) y Cassandra's Dream (2007) es la gran incógnita. ¿Será o no será?


Históricamente, una de las razones para ver las películas del director de Hannah and Her Sisters (1986) era disfrutar sus bromas existenciales, adentrarse en las fobias psicoanalíticas de un judío y ver las combinaciones de actores que ponía frente a la cámara. Algo de esto se perdió pero mucho todavía se conserva. El señor Allen es un hombre mayor. No siempre tiene la voluntad para actuar, dirigir, escribir el guión y atender a su hijastra/esposa Soon-Yi Previn. El compromiso de encontrar un alter ego distinto para cada ocasión, es un riesgo que no siempre da resultados. Acaso el último que funcionó fue Sean Penn (Emmet Ray) en Sweet and Lowdown (1999). Del resto, mejor olvidarse.

El hecho de que él sea el protagonista no garantiza nada. Es más, su última aparición en Scoop (2006) se lo vio cansado, falto de sintonía y sin brillo. El secreto del éxito está acaso en el guión, algo que siempre fue su fuerte. Pero es imposible lograr una genialidad por año, a menos que sea otro quien lo escriba. Pero sabemos perfectamente que eso es algo que nunca va a ocurrir.

De qué va. Ian (Ewan McGregor) y su hermano menor Terry (Colin Farrell) son dos muchachos con apuros económicos muy diferentes. Mientras al mayor vive de las apariencias, el otro es un jugador empedernido que es capaz de apostar hasta lo que no tiene. El tío millonario Howard (Tom Wilkinson) llegará con una propuesta que podría volver realidad los sueños de ambos.

Al hueso. Si hay algo que se sabe de Allen es su devoción por el cine existencialista de Ingmar Bergman, algo que derivó en un fanatismo por el libro Crímen Tom Wilkinson, Ewan McGregor y Colin Farrelly Castigo, de Fedor Dostoievski. La culpa que genera el asesinato es un trauma que heredó de estos dos intelectuales y a lo largo de varias películas lo fue desarrollando con suerte desigual. Acaso el punto más alto de esta manía haya sido (es) Crimes and Misdemeanors (1989). Y mientras en Bullets Over Broadway (1994) lo llevó a la parodia, en Cassandra's Dream logra su retrato más obvio y simplón. Es cierto que la capacidad interpretativa de Colin Farell ayuda a desvirtuarlo aun más, pero el resto de los personajes no brillan por sus parlamentos. Todos son superficiales, mecánicos, como si trabajaran a reglamento y se dedicaran a obedecer las órdenes puntuales del director, sin aportar esfuerzo o actitud. Y encima que la historia fue contada miles de veces, ayuda de poco para entretener. Habrá que esperar a la siguiente película, para ver si mejora la puntería.

En definitiva. Para los incondicionales o el publico más contemplativo que no le importe demasiado la trama, sólo que el nombre de Woody Allen aparezca entre los créditos.
Score 5/10

TITULO: El sueño de Cassandra
ORIGINAL: Cassandra's Dream

ESTRENO: 8 de mayo (En la Argentina)
ORIGEN: Inglaterra
AÑO: 2007
DURACION: 108 minutos
DIRECTOR: Woody Allen
REPARTO: Ewan McGregor (Ian), Colin Farrell (Terry), Tom Wilkinson (Howard), Hayley Atwell (Angela), Sally Hawkins (Kate), John Benfield (padre), Clare Higgins (madre), Ashley Medekwe (Lucy).
GUION: Woody Allen
MUSICA: Philip Glass
FOTOGRAFIA: Vilmos Zsigmond
MONTAJE: Alisa Lepselter.
SITIO OFICIAL:
www.cassandrasdreammovie.com

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VUELTA AL OLIMPO

Dos que se tomaron varias estaciones para regresar. Dos que fueron pioneros en lo suyo: el trip-hop y el rock independiente americano. El de mayor ausencia fue Portishead, a quien se lo sospechaba perdido en caminos sin reintegro. El otro grupo es R.E.M. que si bien soltaron un disco en vivo hace poco, son bastante amarretes para publicar material OKM. Y ahora, con la desfachatez que otorga la crítica, en sus discos nos metemos.

Con la maldad intacta. Hace justo 10 años que Portishead grabó PNYC (1998) y el mundo quedaba asombrado con los arreglos hechos a un disco en vivo. ¿Era el comienzo de una leyenda o el ocaso de un mito? Con los créditos de su medidor en cero, Third (2008) fue prometido para abril y llegó antes de tiempo. Mientras suenan los acordes de Silence, el primer tema, hay algo que no anda bien. En la introducción, una voz pastosa dice:
Esteja alerta para a regra dos 3
o que você dá, retornará para você
Essa lição você tem que aprender
Você só ganha o que você merece.

Lo primero que uno se pregunta es ¿me cagaron? Me vendieron un disco de Caetano Veloso o Ney Matogrosso. Hay que esperar 2 minutos y 10 segundos para que la tonada de Beth Gibbons confirme que es la sintonía correcta.
Y después de evocar aquellos ruidos imaginarios, uno esperaba esas aves que rayan el plástico y la contradicción de una niña con cuerpo de dama. Nada de eso mi amigo. El grupo creció y todos esos abalorios de la juventud está mejor apilados, con una cintura no tan dinámica pero con una profundidad que asfixia. Y aunque cueste, lograron lo de pocos: un disco exquisito, con sonidos caprichosos, que no pierde la línea de los anteriores. Como perlas para el collar de los recuerdos, dos temas que abren océanos: Plastic y Small. La perfecta transición para un pasado que vuelve y un presente con perfume a melancolía.

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Tócala de nuevo. Aquellos grupos que cargan con un largo equipaje a sus espaldas, encuentran en la repetición –para no decir el auto plagio- la excusa justa para mantener a su público contento y escabullirse de posibles papelones. Aunque cada tanto, para que las orugas no entibien la madera, es aconsejable despellejar los instrumentos. No tan flojo como Around The Sun (2004) ni tan inspirado como Lifes Rich Pageant (1986), Accelerate (2008) puede ser entendido como una suerte de lados B que nunca fueron. Sin ir más lejos, nadie se hubiera asombrado si Houston ocupaba el track 8 del sufrido Automatic For The People (1992), la potencia que despliega Horse To Water pudo ser de la partida de Murmur (1983), mientras que el Until The Day Is Done no hubiera desentonado con el rutero New Adventures in Hi-Fi (1996). Lo positivo (o acaso su mayor traspié) es que todo suena demasiado a R.E.M., no hay grandes cambios ni tampoco esas canción que se atornillan al paladar y no hay forma de sacarla. El disco fue producido por Jacknife Lee, el mismo de How To Dismantle An Atomic Bomb de U2 y su sello popero lo puso en I'm Gonna DJ, que por suerte, es el último tema.


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SOLO UNA MAS

Clint Eastwood. Serio[cuasi malquerido] Vea lo curiosa que resultan las cosas. Un tipo tan brillante como Clint Eastwood, con una considerable trayectoria como actor y un envidiable recorrido como director, empezó a desbarrancar en la última etapa de su carrera. No fueron las persecuciones de auto ni las balas que zumban lo que echó a perder a este buen hombre, sino sus últimas producciones. Cada vez más patrióticas y blanditas. Pura caquita de blockbuster.

Se sabe, el tipo está un poco añejo y cuando uno envejece le pifia al agujerito. No obstante, hay que reconocerle su empeño. Cuando todo el mundo apostaba por verlo corriendo a los nietos en un parque soleado, él se quiere dar un último gusto. Se trata de Gran Torino, una filme que además de dirigir piensa protagonizar.



El abuelito cumplirá 78 años en unos meses y tiene unos lindo números en su haber: juntó 10 nominaciones de la Academia del Cine y 5 estatuillas ganadas (no siempre merecidas), una de ellas honorífica por el conjunto de su carrera que le fue entregada en 1995. Para qué seguir jodiendo entonces. Es que nunca alcanza.

Bueno, bueno...

Por High Plains Drifter (1973), Unforgiven (1992), The Bridges of Madison County (1995) y alguna otra que se me escapa, te vamos a extender el crédito para una vuelta más. Pero después, se acabó, entendiste.
No te preocupes. Vos te lo merecés.

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ARTURITO

Aquellos que se bloquearon con la apariencia de los superseñores (El fin de la infancia - 1953), todos los que circularon por los páramos de Diaspar (La ciudad y las estrellas - 1956) y los que se avivaron que la película de Stanley Kubrick (2001: Una odisea espacial - 1968) era pasto para giles, te dan las gracias.
La ciencia ficción no te olvida. Las estrellas, tampoco.

Sir Arthur Charles Clarke (1917-2008)

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FONDO BLANCO

Rachel Weisz, borracha sobre el mostrador Después de ver My Blueberry Nights (2007) se puede concluir que hay dos Wong Kar-wai (WKW). Uno que juega de local y marca el terreno con sus espejismos amorosos, que usa un lenguaje nervioso para mover su lente y otro muy distinto que sale de visitante, más pop, menos quisquilloso y dispuesto a enamorar.
Este cambio de ritmo se nota en otro director oriental como Ang Lee. El encuadre que elige el taiwanés para contar Brokeback Mountain (2005) es el reverso exacto de Lust caution (2007).


Y así llegó el día en que WKW desembarcó en suelo Estadounidense. Acaso los productores avisados de la obsesión del chino por re-escribir 100 veces cada guión, le sentaron a su derecha a Lawrence Block, escritor de novelas policiales que debutó como segundo guionista. Otra baja sensible en su tripulación es Christopher Doyle, que durante 15 años se encargó de la fotografía de sus filmes. En su lugar le clavaron al franchute Darius Khondji, aquel de Delicatessen (1991) y también de Se7en (1995).
Para explicar My Blueberry Nights, utilizó una técnica que liga destellos de neón con una cámara lenta que se acelera. El filme se basó en un antiguo corto de WKW protagonizado por la eterna dupla Tony Leung y Maggie Cheung, que más tarde derivó en una secuencia de In the Mood for Love (2000). Claro que la recompensa que le entregó Hollywood por su compromiso fue un pelotón de estrellas a elección.
De qué va. Elizabeth sufre un desengaño amoroso y a modo de exorcismo, decide abandonar la ciudad de New York para conocer nuevas personas. A través de tres historias, se irá hilando una reflexión sobre el amor, la distancia y los caminos de la soledad.

Al hueso. Desde el vamos la cosa pinta de campeonato. Un par de movimientos de cámara bastan para que Jude Law discute con Nora JonesWKW se meta a su público en el bolsillo. Ya no importa si el artificio se desarrolla en un suburbio de Hong Kong, en las calles de New York o en pleno Buenos Aires. El desafío que plantea esta película es interior. El director sabe que debe transformar a Nora Jones en esa Elizabeth que debe seducir como Maggie Cheung y hacer de Jude Law ese Jeremy que se expresa con la mirada de Tony Leung. Y la magia se produce en el primer cruce de la pareja. Cuando apenas se empiezan a reconocer las miradas entre los destellos policromáticos de la noche. La apuesta se duplica en la segunda historia, acaso la más lograda de la trinidad, se desacopla en el tercer acto y vuelve a cobrar envión en el epílogo.

Por su belleza, esta road movie recuerda al Wim Wenders de Im Lauf der Zeit (1976) o al Wayne Wang de Smoke (1995) y Blue in the Face (1995). Pero todo es mucho más gótico en My Blueberry Nights, más asfixiante. El sello de WKW aparece en cada escena del metraje. Desde la noche como escenario de las pasiones, la contradicción de estar acompañado pero en soledad, el amor que parece estar siempre en la otra esquina, los fantasmas que llevan el rostro del pasado, hasta la incapacidad de renunciar a lo que ya no se tiene.

En definitiva. Para aquellos que están enamorados, para quienes están solos y sueñan, o todos aquellos que dejaron de creer y sin embargo esperan.
Score: 6/10





TITULO: El sabor de la noche
ORIGINAL: My Blueberry Nights
ESTRENO: 10 de abril (en Argentina)
ORIGEN: China
AÑO: 2007
DURACION: 110 minutos
DIRECTOR: Wong Kar-Wai
REPARTO: Norah Jones (Elizabeth), Jude Law (Jeremy), David Strathairn (Arnie), Rachel Weisz (Sue Lynne), Natalie Portman (Leslie), Chan Marshall (Katjia).
GUION: Wong Kar-Wai y Lawrence Block; basado en un argumento de Wong Kar-Wai.
MUSICA: Ry Cooder
FOTOGRAFIA: Darius Khondji
MONTAJE: William Chang Suk Ping.
WEB OFICIAL: http://www.myblueberrynights.es/


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CHISTE JUDIO

Philip Roth, de joven, con Woody Allen Quienes disfrutan con los chistes y las ocurrencias de Woody Allen, deben saber que no todas son fruto de su inspiración. El clarinetista de Manhattan le debe muchos remates y algunas situaciones desopilantes al talentoso Philip Roth. Este novelista con nombre de galán irlandés, tiene cerca de 30 libros publicados y es el referente de la literatura judía en Norteamérica. En sus textos se habla, y se burla, de la doble moral de la sociedad estadounidense, de la familia judía como semillero de neurosis - pasta del psicoanálisis- y la consumación de la felicidad a través del goce sexual. No por nada, muchos críticos lo consideran el Henry Miller sefardí.

Su carácter sociable y los comentarios mordaces sobre la cultura hebraica, le abrieron las puertas de los estudios cinematográficos. En algunas ocasiones, haciendo de él mismo, como en One Flew Over the Cuckoo's Nest – 1975 (a.ka. Atrapado sin salida) y en algunas series, como el capítulo debut de Los Angeles de Charlie (1977). Su trayectoria como guionista es bastante escueta. Su mayor éxito fue la adaptación de su novela The Human Stain (2003), más las expectativas de la nueva película de la española Isabel Coixet, Elegy (2008).



Durante los años 70’, Roth pasó por varios estilos literarios. Desde la sátira política en La orgía de Praga (1971) hasta el delirio kafkiano de El pecho (1972). En aquella misma década publica La lección del maestro (1979) y aparece por primera vez Nathan Zuckerman, suerte de alter ego, quien fue el protagonista de varias novelas aparecidas entre 1979 y 1986.


Lo llamativo es que en su novela Exit Ghost (2008), de pronta aparición, vuelve a rescatar a este doble. Pero claro, las cosas no son como antaño. Hoy Zuckerman tiene 71 años y es un escritor consagrado. Aunque una operación de próstata lo privó de su fortaleza sexual y lo obliga a usar pañales. Cualquier analogía con la realidad, es pura coincidencia.

Pero no todo lo escrito por Roth es para tomarlo a chiste. Entre los premios que cosechó en su carrera, se destaca el National Book (1960,1995) por sus obras de ficción Adiós, Colón y Sabbath's Theater. El Pulitzer (1998) lo obtuvo por American Pastoral, mientras que el Médicis (2002) a la novela extranjera por, La tache. En 2002, Roth recibió la mayor distinción de la American Academy of Arts and Letters, la Gold Medal. Con ella fueron distinguidos, entre otros, John Dos Passos, William Faulkner y Saul Bellow.

Dentro de un par de días, cumplirá 75 años. Salú y muchas Sufganiot.

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LA MIRADA DEL OTRO

La mirada de Silvia PérezAntecedentes. Aunque Anahí Berneri es una joven directora argentina, posee una virtud que la coloca un escalón por encima de algunos colegas de su generación: puede anticipar el futuro. Y no estoy hablando de las engañosas artes para predecirlo sino de un atributo relacionado con la madurez. Se requiere una gran percepción para hacer de Encarnación una historia creíble, amena y tan decadente. Rasgos de su carácter los demostró en su debut con Un año sin amor (2004), sobre la novela homónima de Pablo Pérez.
Por su anterior trabajo recibió el Premio Fipresci en el Festival de Mar del Plata y el Teddy Award en la sección Panorama de la Berlinale. Con su actual producción obtuvo el Premio de la Crítica Internacional del 55 Festival de San Sebastián.

De qué va. La ex actriz Erni Levier sabe que sus años de gloria son leyenda. Aunque se resiste al anonimato, sólo le ofrecen publicidades menores. Una invitación de su sobrina Ana la lleva al pueblo de su infancia. Aunque el tiempo parece no transcurrir en aquel apacible paraje y ella, a la mirada de los parroquianos, todavía es una estrella que regresa con su rastro de gloria. Pero nada es tan bonito como los ojos que la miran.

Al hueso. Si hay algo que se describe con magistral pulso en Encarnación, es el juicio que teje la modernidad sobre la vejez. Y toma a la longevidad como sinónimo del ocaso personal. Aunque se disponga una figura bella y escultural como la de Erni, el colapso del cuerpo se presagia en la piel muerta que cuelga de los brazos, la necesidad de estar mucho tiempo frente al espejo, las manos cuarteadas por el paso del tiempo y una mirada triste, que ya no escena de Encarnaciónespera el prodigio. Porque se cansó de añorar a ese príncipe azul que la lleve hasta el altar, a que se cumpla el sueño de ser una actriz seria y respetada, a vivir la vida de otros, con más encanto y menos desdicha. El único anclaje que la enlaza a ese pasado de esplendor es su sobrina de 15 años. Que la idolatra y la hace suya a fuerza de recuerdos. Y es allí donde Silvia Pérez, acaso tomando el marco argumental como un desafío subjetivo, logra dotar al personaje con la credibilidad y la dulzura que la trama requiere.

En definitiva. Una historia con los sinsabores y la belleza de lo cotidiano. Dramática aunque con una mirada optimista. Para ver y no olvidar.
Score 7/10


TITULO:
Encarnación
ORIGEN: Argentina
AÑO: 2007
DURACION: 93 minutos
DIRECTOR: Anahí Berneri
REPARTO: Silvia Pérez, Luciano Cáceres, Martina Juncadella, Carlos Portaluppi, Inés Saavedra
GUION: Anahí Berneri, Sergio Wolf, Dolores Espeja, Gustavo Malajovich
MUSICA: Nicolás Cota
FOTOGRAFIA: Diego Poleri
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