EN MEMORIA

una operación futurista a corazón abierto

Basándose en la figuración de que una persona es un inventario de experiencias y recuerdos, muchas películas --como es el caso de Chrysalis—sostienen que para transformar a un individuo basta con despintarle sus memorias. En todo este proceso, la función cerebral y las conexiones sinápticas que abastecen a las neuronas cumplen un papel fundamental. Pero lo que en Eternal Sunshine of the Spotless Mind (2004) se expresaba en términos románticos y en Memento (2000) era pura causalidad, en esta ocasión, el relato se vuelve una mediación teórica.

Y esa pulcra esterilidad que es el motor de Chrysalis se refleja en el tono aséptico de su ambientación, en las peleas mecánicas entre buenos y malos, un afiche con poco glamour, en la falta de pasiones humanas y en la escasez de expresiones. Si su director Julien Leclercq hubiera elegido como banda de sonido al grupo Kraftwerk, todo hubiera sido mucho más fácil de entender y tendría algún sentido, pero lamentablemente, no fue así.

Pese a todas estas marcas en su contra, este policial francés ambientado en un futuro viable, hace todo lo posible por continuar fiel a sus postulados. Así, lo que en un principio resulta una pedantería tecnológica, de a poco se convierte en un capricho estético que se sostiene más allá de la gloria o del fracaso. Precisamente, en esta obstinación de Julien Leclercq reside su gran mérito, respetar una idea de principio a fin, sin importar las consecuencias de la boletería.

De qué va. En el año 2025, un policía parisino se enfrenta a una organización que busca lucrar con los recuerdos de las personas. En esta batalla aparecerán enemigos inesperados y fortuitos aliados.

Al hueso. Cuando se realiza un filme futurista como Chrysalis, se corre el riesgo de que la una máquina que remueve los recuerdosciencia se devore a la ficción y en lugar de una reflexión sobre el poder de la reminiscencia termine siendo un documental sobre la memoria. Para escapar de ese encasillamiento, su realizador, en lugar de domesticar a los personajes prefirió recurrir a la técnica. Y en el set de filmación puso varias cámaras aéreas que logran tomas de gran interés artístico pero con poco valor sentimental. Lo que demuestra que para lograr el asombro, el cine necesita recurrir a las exageraciones.

Detrás de toda esa ola de insensibilidad, se esconde una historia interesante, que por momentos logra que la espalda del espectador se despegue de la butaca, pero es apenas una insinuación de lo que podría haber sucedido. No es aburrida ni carece de presupuesto. Simplemente, la inexperiencia de Leclercq para tratar ciertos tópicos, haya grabado un arancel demasiado elevado para su debut.


En definitiva. Un relato interesante, muy bien ambientado, con interesantes efectos, pero con actuaciones poco convincentes y un guión que privilegia el rigor antes que el exceso.
Score 6/10

TITULO: Chrysalis afiche de Chrysalis
ESTRENO: sin fecha en la Argentina
ORIGEN: Francia
AÑO: 2007
DURACION: 94 minutos
DIRECTOR: Julien Leclercq
REPARTO: Albert Dupontel (David Hoffmann), Marie Guillard (Marie Becker), Marthe Keller (doctora Brügen), Mélanie Thierry (Manon Brügen), Estelle Lefébure (Clara), Claude Perron (Miller), Smadi Wolfman (Sarah), Patrick Bauchau (Charles Becker), Guy Lecluyse (Kovacs), Francis Renaud (Yuri), Manon Chevallier (Clémence), Andy King (Gianni) GUION: Julien Leclercq y Franck Philippon; con la colaboración de Nicolas Peufaillit y Aude Py
MUSICA: François Roy y Jean-Jacques Hertz
FOTOGRAFIA: Thomas Hardmeier
MONTAJE: Thierry Hoss
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LOS EDUCADORES

La modalidad de pago voluntario por tema es una estrategia de orden kantiano para que los jóvenes, acostumbrados a conseguir música por la arbitrariedad de un clic, eduquen su conciencia moral para que su valoración sobre la condición de este acto se modifique. Uno de los impulsores de esta dialéctica bueno/malo fue Radiohead, quienes en In Rainbows, su último lanzamiento, apelaron al intelecto, los afectos y la voluntad de su público para que el precio del material lo pusiera el interesado. Otro de los educadores es Girl Talk, que con su disco Feed The Animals se suman a la campaña: el primero te lo regalo, el segundo lo comprás.

Tapa del disco Feed The Animals de Girl TalkLo que parece una formación de chicas autosatisfechas es el pseudónimo usado por el señor Greg Gillis, un músic/productor/DJ estadounidense especializado en la técnica, hoy devenida en género, del Mash Up. El sistema de creación es más simple de explicar de lo que cuesta llevarlo a la práctica. El paciente de Gillis desparrama sobre la mesa un millón de hits de todos las épocas y a cada uno de ellos les va comiendo un bordecito. Con sabia prolijidad, a estos recortes los zurce uno al lado del otro para lograr una canción interminable en forma de disco.


En este aquelarre sónico, el oyente bien entrenado podrá reconocer como se disparan coros, voces, sampler o acordes de: Twister Sister, Sinéad O'Connor, el tema de FlashDance, Beastie Boy, Jimi Hendrix, Eminem, Air, Missy Elliott, Queen, Prince, Metallica, Michael Jackson y más. Si hubiera que improvisar una valoración sobre Feed The Animals, se podría concluir que, sin importar en el orden que se lo escuche, los cuatro primeros temas resultan fascinantes, en los tres siguientes comienza a decaer la emoción y a partir del octavo o noveno, uno ruega que el dial permanezca quieto por unos instantes. Y el ascensor debe llegar hasta el piso catorce.

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A LA DISTANCIA

Kevin Bacon y Marcia Gay Harden son los protagonistas del filme

Hay días en que todo parece salir mal. Esta sospecha se revela al poner un pie fuera de la cama y condiciona el resto de la jornada. Pero el problema va mucho más allá de una vibración negativa o un maleficio vudú. Y por más que se ponga la mejor energía para torcer la situación, lo único que se consigue es potenciar la adversidad. En estos casos, lo recomendable es quedarse en un rincón cruzado de brazos y esperar que la acumulación de infortunios pare de gotear. Lo cierto es que todo pasa y al final llega la merecida recompensa, y lo que antes fue tristeza se convierte en un regocijo. Sobre está tópico ambiguo se traslada el filme Rails and Ties.

La dirección de la película estuvo a cargo de Alison Eastwood, que además de ser bella e inteligente, cuenta con la ayuda de papá Clint. Pero como no todo es perfecto, hay que reconocer que el filme navega por aguas demasiado turbulentas y no logra mantener el rumbo fijo a lo largo de los 110 minutos de su derrotero. Por momentos, la travesía se vuelve una lágrima permanente y a los pocos instantes, se desata un júbilo generalizado. Esta ciclotimia al mejor estilo Philip K. Dick sorprende al espectador en su primera exposición, pero cuando este recurso se convierte en el leit-motiv del filme, termina por resultar contraproducente.

Pero para su debut cinematográfico la atractiva Alison no fue librada a su suerte de principiante. La ayuda del circunspecto Clint se hace notar desde la parte técnica. El enfoque justo de la cámara para que en cada toma capte el rostro de los protagonistas con un poco de aire de fondo, los ángulos seleccionados para cada escena y el tiempo justo de fugacidad, así lo revelan. Esto sumado a una edición impecable, donde todas las piezas encastran sin roces. Además, tanto Kevin Bacon como Marcia Gay Harden son dos actores a los que con frecuencia, trabajan con el viejo lobo.

De qué va. Tom y Megan Stark son una pareja que no está pasando por un gran momento afectivo. La llegada de Davey será como un bálsamo para suavizar la monótona existencia.

Al hueso. Desde aquel Kevin Bacon atlético de Footloose (1984) o The River Wild (1994), La bella Alison Eastwood junto con los actoreshasta el giro que insinuó en Mystic River (2003) y terminó de confirmar en The Woodsman (2004), existe un abismo de diferencia. Pese a evidenciar un cambio en su actuación, la evolución del personaje todavía es parcial. Acaso haya sido el propio Clint Eastwood quien le aconsejó que debía poner cara de serio frente a cámara y esto le dio resulto. Lo que se olvidó de mencionar es que cada tanto era conveniente sonreír. Hay otros vicios de adolescencia que son difíciles de erradicar. Su paso desgarbado y su postura canchera de Yo! What's the haps? Hacen desconfiar que su progreso sea verdadero. La compañera en Rails and Ties es Marcia Gay Harden, una actriz injustamente relegada a papeles secundarios. Su error es seguir aceptado ese rol de madraza amamantadora, que también desempeña en esta ocasión, y que no le permite mostrar sus cualidades.

En definitiva. Entretenida pero poco consistente, con actuaciones perezosas y un concepto demasiado ovalado como para que ruede sin trabas.
Score 5/10

TITULO: En las vías de la vida Afiche de Rails and Ties
ORIGINAL: Rails and Ties
ESTRENO: directo al video (en la Argentina)
ORIGEN: EE.UU.
AÑO: 2007
DURACION: 110 minutos
DIRECTOR: Alison Eastwood
REPARTO: Kevin Bacon (Tom Stark), Marcia Gay Harden (Megan Stark), Miles Heizer (Davey Danner), Jim Cody Williams (Vince the Engineer), Laura Cerón (Susan Garcia), Bonnie Root (Laura Danner), Stephen Peace (Bartender)
GUION: Micky Levy
MUSICA: Kyle Eastwood Michael Stevens.
FOTOGRAFIA: Tom Stern
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FORENSES

el cuerpo forense del Metropolitan University Medical CenterEl propósito de los médicos de una morgue y los peritos policiales es muy similar, su objetivo consiste en resolver un enigma. Para llegar a la verdad, estas profesiones utilizan métodos afines. En ambos casos, el metier se resume en la observación directa, la recolección de pistas y el poder de la intuición. Pero mientras los detectives supervisan la escena del crimen y su jurisdicción es la metrópoli, los forenses analizan lo que en la jerga se conoce como el cuerpo del delito y su campo es el laboratorio. Sobre necropsia, disección y otras mutilaciones se ocupa Pathology.

La motivación de ver un filme clase B (entendiendo como tal, una producción comercial sin figuras de relieve, con un director sin experiencia y un presupuesto acotado) es comprobar la entereza de su realizador. Así, los que guardan menos escrúpulos embarran la cancha de entrada y no piden disculpas por su elección. Están los ambiguos, que son los más frecuentes, esos que mantienen el pulso firme durante 80 minutos y en los últimos diez se desbarrancan sin perdón. Y también existen las sorpresas, que por cierto no abundan, y corresponden a quienes logran plasmar un producto decente, salpicado con algunas intermitencias.

Si hubiera que colocar al ignoto Marc Schoelermann de Pathology en una posición, esta sería la tercera, es decir, la de aquellos que logran un resultado decoroso. Si bien el prudente de Schoelermann amaga con perder el control del volante en cada curva, es acaso la exageración llevada hasta su punto límite lo que confirma su audacia. Aunque se debe reconocer que, salvo algunos tropiezos más que disculpables, el tipo logra conservar la integridad del motor hasta el minuto final de la carrera.

De qué va. Un grupo de residentes, para probar su capacidad de deducción, inician una competencia bastante riesgosa, en donde deberán poner en juego algo más que su título universitario.

Al hueso. Las historias de los médicos forenses es una temática con mucha miga en el medio. el profesor junto con sus mejores alumnos estudian un cadaverPero decir esto no es descubrir el hilo negro, hay miles de series en circulación, desde la legendaria Quince, hasta
CSI (que viene en tres sabores: Miami, New York y Las Vegas), Cold Case o HouseM.D., que con gran apoyo del público, se dedican a explotar esta temática.
Entonces, para competir con una tira semanal hay que mostrar algo distinto. La estrategia que utiliza Pathology es el regodeo visceral. Así, en una de las primeras tomas se muestra el torso abierto de una víctima y varios médicos practicando la autopsia. Si este es el comienzo no se quieran imaginar lo que sigue. Y aquí es donde aparece la muñeca de Schoelermann, para evitar que el filme se convierta en una carnicería despiadada.

En definitiva. Una historia entretenida, acaso demasiado explícita desde lo anatómico, con intriga, suspenso y un desenlace que, sin ser nada del otro mundo, descoloca.
Score 6/10

TITULO: Pathology afiche de Pathology
ESTRENO: sin fecha en la Argentina
ORIGEN: EE.UU.
AÑO: 2008
DURACION: 93 minutos
DIRECTOR: Marc Schoelermann
REPARTO: Milo Ventimiglia (Ted Grey), Alyssa Milano (Gwen Williamson), Michael Weston (Jake Gallo), Lauren Lee Smith (Juliette Bath), Dan Callahan (Chip Bentwood), Johnny Whitworth Griffin Cavenaugh), Mei Melancón (Catherine Ivy)
GUION: Mark Neveldine, Brian Taylor
MUSICA: Johannes Kobilke, Robb Williamson
FOTOGRAFIA: Ekkehart Pollack
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ABSTRACCIONES

Decir que un artista logró colgar una pieza en un museo es empezar a contar la historia por el final. La consagración es un proceso no siempre meritorio que puede demorar años, décadas y hasta siglos. En todo caso, el interrogante a develar no es quién llegó a la cúpula sino cómo. La contrariedad que gobierna al canon reside en su método de selección. Es el arte comercial el artefacto mejor ensamblado para prevalecer o por el contrario, el arte que no se presume como tal, es el vehículo indicado para aislarse del tiempo. Sin la solemnidad de estas palabras, un corto llamado Defaced intentará dar las respuestas a este enigma.



DEFACED from LORCANFINNEGAN on Vimeo.

Según los teóricos (que vayan pasando el yunque) la modernidad, a diferencia de períodos anteriores, coloca el sello de arte a cualquier imitación de lo abstracto. Esta facilidad para consagrar con la misma medalla a lo efímero y lo trascendente, no ha hecho más que profundizar la crisis de la valoración subjetiva. La pregunta, que como un eco sin oposición, recorre desde hace casi un siglo las bóvedas de los museos y las paredes de exhibición es ¿Dónde está el arte?

Buscando dar alguna explicación, el amigo Adorno (sírvalo con soda), planteó que la clave está en la autonomía de la obra de arte. Porque el artista es un sujeto social que crea un objeto social, que se relaciona en su propia autonomía, primero con sí mismo, y luego, vuelve a relacionarse con el sujeto, pero como un objeto o hecho estético y no como una mera reproductibilidad. ¿Quedó claro?

Unos años antes, Adolf Loos, un arquitecto austriaco nacionalizado checoslovaco, con sus ideas marcó la ruptura entre la concepción de la Secesión vienesa (también llamada Secessionsstil, o Sezessionsstil en Austria, 1897) y la vanguardia racionalista. Para el que cree que la vanguardia es un invento del presente, en el año 1903, el chango Loos decía “el espíritu moderno nos exige que el objeto de uso sea práctico. La belleza es perfección, por eso lo práctico, al no ser perfecto, no puede ser bello. Todo lo demás, todo lo que tiene una finalidad, debe excluirse del reino del arte”.


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UN DIA CUALQUIERA

la fantasía de un mundo sin gente

Que sucedería con la tierra si de pronto, un día cualquiera, el Homo sapiens simplemente desapareciera sin dejar rastros. Esta misma pregunta se la planteó Alan Weisman, un periodista que se desempeña como profesor en la Universidad de California, en su libro The World Without Us (El mundo sin nosotros). Pero lejos del enfoque clásica de la ciencia ficción, al estilo La Tierra Permanece de George R. Stewart, en esta ocasión, el protagonista no es el ser humano librado a su suerte sino el propio planeta.

En una entrevista concedida a la revista Scientific American, Weisman se pregunta “¿Sería una gran pérdida para el planeta la supresión de la humanidad? Qué ocurriría con nuestros grandiosos actos de expresión, con el arte, las bellas esculturas, la refinada arquitectura. Quedará algún signo que indique nuestra existencia en este punto”. Lo cierto es que la naturaleza tardaría poco en invadir las grandes ciudades, los embalses sin control producirían desbordamientos que desembocarían en una inundación. Las calles se agrietarían, las plantas levantarían las baldosas. Los reactores nucleares de las 441 centrales que hay actualmente se sobrecalentarían y acabarían incendiándose o fundiéndose. La radiactividad duraría milenios.

el asfalto se levantaría rápidamente y las plantas invadirían las callesUn aporte más a esta reflexión ecologista lo ofrece tanto el canal National Geographic (Aftermath Population Zero -- Consecuencias de la población cero) como History Channel (Life After People – Vida después de la gente), quienes prepararon un documental en donde muestra como evolucionaría la tierra sin gente. A continuación, un resumen de lo que ocurriría con el astro.

Sin el personal de mantenimiento que verifique el correcto funcionamiento de las presas hidroeléctricas, a las pocas semanas se produciría un corte generalizado del suministro eléctrico.

En menos de un mes, la comida estará podrida en los estantes de los supermercados y se registrarían los primeros cambios en la temperatura y humedad del plala desolación de un inviernoneta.

En las zonas boscosas, a los seis meses, los animales salvajes, sin la presencia amenazante del hombre, empiezan a invadir los municipios rurales.

En un año, el paisaje urbano comienza a ser invadido por la naturaleza.

A los cinco años, en las regiones más agrestes, es difícil distinguir el bosque de la ciudad. Lo incendios producidos por rayos empiezan a devastar algunas zonas campestres invadidas por la maleza.

A los 10 años, a causa de los cambios estacionales, las fachadas de los edificios empiezan a desplomarse por falta de mantenimiento.

Las jaurías de lobos y perros salvajes, sin otro depredador natural, se multiplica hasta seis miles de coches y micros quedarían abandonadosveces por año. A 20 años de la desaparición del hombre, gran parte del continente americano estaría poblado por esta especie.

A los 40 años, los rascacielos de acero y concreto constituyen el único vestigio de la raza humana en las grandes ciudades. Los suburbios desaparecen en la espesura.

A los 75 años, los 600 millones de coches que hoy recorren rutas y caminos, son apenas restos de chatarra oxidada reducidos a esqueleto.

A los 100 años, la mayoría de los puentes colgantes (Golden Gate, Brooklyn o Rosario Victoria) se desploman y caen al agua.

Los libres y películas conservados en un ambiente ideal pueden llegar a sobrevivir 300 años. En condiciones normales esta cifra se reduciría a la mitad. Lo mismo ocurre con la información almacenada digitalmente.

A los 150 años, las vigas subterráneas de la ciudad están corrompidas por las inundaciones y se desmoronan, lo que termina por hundir las calles y avenidas.
las inundaciones avanzarían sobre algunas ciudades
A los 200 años, los mares se expanden por la tierra y sus aguas estarían repletas de criaturas acuáticas que se reproducen sin control.

En menos 300 años, ciervos, osos y lobos migrarían a las capitales.

En este punto, una nueva raza o algunas de las existentes (monos, lobos, hormigas o cucarachas) se convierte en la especie dominante del nuevo planeta.

A los 10.000 años, por acción de las tormentas de arena y los terremotos, no quedaría ningún vestigio de la civilización construida por el hombre.

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DULCE INOCENCIA

Ellen Page, la misma de Juno (2007)

El filme An American Crime es una historia verídica que tuvo lugar en la ciudad de Indianápolis en el año 1965. Para intentar esclarecer un hecho tan despiadado, los medios agotaron litros de tinta sobre el proceso judicial caratulado “El estado de Indiana contra Baniszewski”. Como para entender su impacto social, los abusos perpetrados son comparable con los de Natascha Kampusch, la joven austriaca que permaneció secuestrada durante ocho años en un sótano en la afueras de Viena y con el caso María Soledad Morales, la adolescente violada y asesinada en la provincia de Catamarca, en Argentina.

El punto de equilibrio radica en el grado de verosimilitud que se pretenda otorgar al relato. Uno puede apostar por un docudrama livianito al estilo Capote (2005), lograr algo más serio como el fabuloso Capturing the Friedmans (2003) o salir a buscar la provocación como en Hard Candy (2005). Lo que nadie parece haberle explicado al novato de Tommy O'Haver es que no se puede realizar un filme de horror con un tema tan sensible a la opinión pública y salir indemne del asunto.

O acaso el nivel de morbosidad es tan ancho que el espectador está dispuesto a soportar los maltratos y vejaciones de una niña, sólo para comparecerse de sus padecimientos. Hace falta llegar al detalle de la brasa tostando la piel para explicar el sufrimiento. O para repudiar el abuso de menores es menester montar una farsa comercial como la de O'Haver, que pretende sacar partido del dolor ajeno. Eso sí, la única sutileza que se permitió su director quedó registrada en el afiche, digno de un creativo independiente.

De qué va. La señora Gertrude Baniszewsky, es viuda, está enferma, no tiene trabajo y carga con siete hijos. Para conseguir un ingreso, acepta cuidar por un tiempo, a las dos hijas de una pareja que trabajan en un circo ambulante.

Catherine Keener y Ellen Page son las protagonistas del dramaAl hueso. Unos meses antes del estreno de An American Crime, se presentó
The Girl Next Door (2007) que se refiere al mismo caso de la familia Baniszewski, pero con otros nombres y basado en los textos homónimos de Jack Ketchum. La diferencia entre una y otra es que en la primera, está integrada por un elenco de lujo y la otra, para suplir la falta de figuras, recurre al sadismo más extremo para darle consistencia a los sucesos. Pero desde lo argumental, la narración no aporta nada nuevo, la construcción de los personajes es muy plana y se desemboca en una tragedia similar.
Para no resultar tan macabra, el guión de An American Crime esta suavizado con gotitas del juicio, que se abren en flashback a través de los cuales, se narran los acontecimientos. La pregunta que uno se hace es ¿era necesario volver a mostrar lo mismo dos veces? O en lugar de aportar algo de luz sobre los hechos, la intención era cargar algunos ceros en la cuenta de la productora.

En definitiva. Un filme ideal para quienes gozan con el suplicio ajeno. El director logra montar un circo de atrocidades gratuitas que no otorgan ninguna enseñanza ni son aptos para el disfrute.
Score 3/10


TITULO: An American Crime El afiche de An American Crime es lo único digno del filme
ESTRENO: sin fecha en la Argentina
ORIGEN: EE.UU
AÑO: 2007
DURACION: 98 minutos
DIRECTOR:Tommy O'Haver
REPARTO: Catherine Keener (Gertrude Baniszewski), Ellen Page (Sylvia Likens), James Franco (Andy), Bradley Whitford (Leroy), Ari Graynor (Paula), Nick Searcy (Lester Likens), Romy Rosemont (Betty Likens), Evan Peters (Ricky Hobbs), Jeremy Sumpter (Coy Hubbard), Michael O'Keefe (reverendo Bill)
GUION: Tommy O'Haver e Irene Turner
MUSICA: Alan Ari Lazar
FOTOGRAFIA: Byron Shah
PRODUCCION: Henry Winterstern, Kevin Turen, Katie Roumel, Jocelyn Hayes y Christine Vachon.

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PAREDES QUE HABLAN

Pintada en la ciudad de Berlin, BackJump, 2007

El arte puede ser expresado a través de diferentes materiales y sobre cualquier tipo de superficie. Desde una hoja de papel con un garabato, un grano de arroz entallado o un espacio público con graffities. Así, el artista italiano llamado Blu, viaja por las distintas capitales del orbe para dejar su sello personal en muros y fachadas de edificios. Uno de sus trabajos más curiosos fue bautizado con el título de Muto y su escenario fueron las calles de Buenos Aires y la ciudad suiza de Baden.

Para llevar a cabo está pared animada [ver video], Blu
recurrió al aerosol, una cámara fotográfica y la posterior edición de video, donde se le imprimió la técnica de Stop Motion. Las tomas exteriores le demandaron un mes de pintadas, con un ritmo que fluctuaba entre 8 y 10 horas diarias. Las fotos las tomó el mismo sin necesidad de un trípode. Otras de las herramientas que se valió fueron tachos de pintura, pinceles y una escalera de gran tamaño. Algunos de los gráficos que componen a Muto pueden ser vistos en la central eléctrica de Zapiola y Matienzo, la barrera de Mariano Hacha y, el playón ubicado en Avenida Monroe y la vía. La música es de Andrea Martignoni y la producción de Mercurio Film.



MUTO a wall-painted animation by BLU from blu on Vimeo.

Pero lejos de ser un artista subterráneo, Blue es un grafitero con chapa. Tal es así que realizó una exposición en las afueras del museo
Tate Modern, en Londres. Sobre sus obras se han escrito muchos artículos y también, se filmó un documental sobre sus viajes por el mundo, llamado Megunica, dirigido por Lorenzo Fonda.

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CON LA POLVORA MOJADA

ilustración de alfalfaromeo.comHay discos que crecen a contrapelo del rumor y aunque sus cuerdas sean tensadas con dinamita no consiguen afinar. El conflicto va más allá de una mala campaña de comunicación lanzada por el sello o los ambiguos mensajes del artista. Lo cierto es que el cedé no consigue despegar en las pistas y pasa desapercibido por el dial. Esto le sucede a Babasónicos con el lanzamiento de Mucho y también a Madonna. Porque se habla de muchas temas pero nadie se mete con Hard Candy.

Para el que se guía por las estadísticas, el corte 4 Minutes con Justin Timberlake, capitaneó los charts mundiales durante algunas semanas y de a Madonna y su estrategia de la provocaciónpoco, empezó a recular. En el ranking de sencillos nacionales se desplazó hasta la décima posición y viaja en caída libre. Pero no todas son pálidas. Hay muchos países en los todavía mantiene el liderato. En cuando al disco, vale reconocer que las ventas arrancaron con fuerza y rápidamente, se alzó con el anillo de oro y platino. Pero fue un envión sin arrestos. Aunque no se puede hablar de fracaso, este undécimo disco es uno de los que menos réditos le dejó a la “chica material”.

Mientras tanto, doña Louise Veronica Ciccone, que soplará 50 velitas en agosto, entró en una guerra sin cuartel contra la sociedad norteamericana. Al parece las discriminaciones que sufre por su medio siglo la tienen más preocupada que el escaso vuelo que logró Hard Candy. Agitando su dedo índice frente al micrófono la diva señaló "Nuestra sociedad no solo sufre de racismo y sexismo, también discrimina por la edad”. Y a continuación, con una gota en el lagrimal salpicó "¿Se supone que uno tiene que morirse? Nunca he sido una conformista".

Y para colmo de males, su propio hermano, un tal Madonna y un gesto típicoChristopher Ciccone, está escribiendo las memorias de Madonna. Las mismas serán publicadas a mediados de julio por un sello editorial de Simon & Schuster. Christopher trabajó en numerosas ocasiones con su hermana mayor. Como para sacárselo de encima, la “diosa del pop” lo contrató para diseñar y dirigir su gira Girlie Show en 1993 y como director artístico de su documental Madonna: Truth or Dare de 1991. Pero según manifestó la portavoz de la cantante, Liz Rosenberg, los hermanos ya no tienen una relación cercana y el bueno de Christ no quiere perder su nivel de ingresos.

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TIEMPO DE JUVENTUD

Charlie Bartlett tiene un consultorio en los baños del colegio Las historias para adolescentes son uno de los platos preferidos de los estudios de cine, aunque jamás los sirven a la temperatura adecuada. O son de tono moralizantes (Dead Poets Society -1989), completamente irrelevantes (American Pie - 1999) o demasiado localista (Juno - 2007). Tomando un gajo de cada flor, Charlie Bartlett logra plantar un relato que por momentos deja un sabor solemne, en otros desabrido y en algunas ocasiones, hasta resulta picante.

Sin duda el gran logro del director Jon Poll es haber dado con los personajes que requería cada papel. La elección de Robert Downey Jr. como el rector Gardner no es sólo acertada sino también creíble. Incluso el propio Charlie Bartlett (Anton Yelchin), estrella en ascenso que estará en Star Trek (2009) y Terminator Salvation: The Future Begins (2009), empieza con cierta timidez y de a poco, se va comiendo las dudas.

Si hay algo que Poll sabe desde la primer escena, es hacia donde rumbear el conflicto. Y con esa ventaja de unos metros, logra dosificar la intriga a través de amagues argumentales, sin valerse de engaños ni contramarchas. Porque el público, en su rol de detective, intenta anticiparse a las circunstancias. Porque de entrada, todo hace suponer que es el típico filme de rebeldía juvenil, luego gira hacia el borde social: niños ricos en colegios pobres, el primer amor [no], relación familiar [menos] y así hasta que uno se cansa o lo descubre.


De qué va. Charlie es un estudiante brillante de 17 años que asiste a una escuela privada pero que, por reiterados problemas de conducta, su madre debe cambiarlo a un colegio público. Allí se encontrará con otro tipo de gente que no está acostumbrado a tratar en los círculos que frecuentaba.

Al hueso. Si hay algún mérito en Charlie Bartlett es el tono con que expresa sus Robert Downey Jr.(Rector Gardner) no puede escapar de la bebidainquietudes. Las diálogos entre los compañeros, salvo algún que otro traspié, no alcanzan la modulación de patetismo ni la categoría de humillante. Las conversaciones con los padres, salvo algún que otro traspié, no llegan a ser superficiales ni tampoco una discusión entre sordos. Lo que habla de un filme con buenas intenciones, pero que está lejos de ser perfecta.


Tiene algunas falencias, es cierto, y algunas son demasiado graves como para obviarlas. La idea superadora del muchachito emprendedor que pretende convencer a todo el establecimiento de que, pese a recurrir a métodos ilegítimos, sus intenciones son honorable y merecen el indulto, es un noción de justicia que los Estados Unidos pretende universalizar. Con esa misma lógica, alguien que mata a un ladrón en lugar de asesino se convierte en un héroe. Y no es así.

En definitiva. Una historia llevadera y amena, que va de menos a más y logra lo que se propone, divertir al público.
Score 6/10

TITULO: Charlie Bartlett Uno de los afiche de promoción del filme de Jon Poll
ESTRENO: sin fecha en la Argentina
ORIGEN: EE.UU
AÑO: 2007
DURACION: 97 minutos
DIRECTOR: Jon Poll
REPARTO: Anton Yelchin (Charlie Bartlett), Robert Downey Jr. (Rector Gardner), Hope Davis (Marilyn Bartlett), Kat Dennings (Susan Gardner), Tyler Hilton (Murphey Bivens), Megan Park (Whitney Drummond), Jonathan Malen (Jordan Sunder)
GUION: Gustin Nash
MUSICA: Christophe Beck
FOTOGRAFIA: Paul Sarossy
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EL SECRETO PROFESIONAL

la presencia del mago estuvo asociada al espiritismo y la superstición El éxito, como tantos otros factores de riesgo, tiene la particularidad de volverse viral. Este bacilo infeccioso encuentra en el cine comercial la forma más conveniente para su propagación. Así, basta que surja un personaje con un desarrollo atractivo para que las imitaciones empiecen a ramificarse por el sistema mercantil. Durante los años 80, los psicópatas enmachetados fueron el blanco de todas las imitaciones. Ahora, le llegó el turno al mago. Se abre el telón.

Uno de los promotores de esta figura magnetizada fue sin dudas el buenazo de Harry Potter. Los seis éxitos de taquilla consecutivos que transcurren en la escuela Hogwarts de hechicería, fueron el campanazo de alerta que despertó el apetito de los carroñeros. Pero como el molde era ancho y quedaba mucha tela por cortar, empezaron a despuntar los retazos que, de a poco, fueron dando forma al taumaturgo del siglo XIX.


Aprovechando que al delantero Potter ese año le tocaba hacer banco, en forma casi Afiche de The Prestigesimultánea aparecieron The Prestige (2006) de Christopher Nolan y The Illusionist (2006) de Neil Burger. Pero mientras el filme de Nolan contaba con Hugh Jackman, Christian Bale, Michael Caine como tridente ofensivo, The Illusionist apostaba por la dupla de ataque Edward Norton + Paul Giamatti y unos metros más retrasada, se mostraba Jessica Biel.
Y si bien en ambos casos la ambientación, el período en el que transcurre y los desafíos de los magos son semejantes, el resultado obtenido es muy diferente. Mientras el filme de Burger no supera la calificación de discreto, The Prestige logra transformar un relato de época, en una trama en donde no falta el cuentito de amor, la intriga y el misterio.

Otros de los que se sumó al fervor del hechizo fue
Woody Allen con la comedia Scoop (2006). Lo curioso del caso es dos de los intérpretes de The Prestige (hablamos de Hugh Jackman y la belleza narcótica de Scarlett Johansson) repetían papeles. Claro que el oficio de sibilino quedó reservado para el propio Allen, quien en los 96 minutos de Scoop, se dedica a repetir gestos, obsesiones y miradas que usó para películas anteriores. Lo que se dice un plagio por partida doble.

Y si se habla de ilusionistas y videntes, no puede quedar afuera el gran Houdini, de George Marshall
Harry Houdini. Sus habilidades consistían en evadirse de sacos atados con candados o peceras de vidrio llenas de agua. El cine intentó honrar en varias ocasiones la memoria de este escapista estadounidense de origen judío. Acaso Houdini (1953) de George Marshall, con Tony Curtis en el papel estelar, sin ser una gran película, haya sido la versión más digna. El último intento quedó en manos de Gillian Armstrong con su Death Defying Acts (2007). Los encargados de dar vida al relato fueron Catherine Zeta-Jones y Guy Pearce. El filme tiene un comienzo muy alentador, pero con el pasar de los artificio, la monotonía invade la pantalla y el único truco que uno ansía, es el de los títulos finales.

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COSA DE NEGROS

La batalla de los productores de hip-hop En el hip hop existen varias vertientes musicales. Los Gangsta rap, que cuenta entre sus filas a tipos realmente malos como Snoop Dogg, Dr. Dre, 50 Cent, están en picada. El hip hop travestido en rhythm and blues es propiedad de Timbaland (alias Timothy Z. Mosley), un moreno machazo que endulza el rap con gotitas de erotismo. Es el productor de moda y en su lista de clientes aparecen Nelly Furtado, Rihanna, Justin Timberlake, Björk y Madonna. El grupo N.E.R.D., que para producir utiliza el apodo The Neptunes fueron, durante 5 años, los chicos mimados del ecosistema sonoro. Pero su pastiche electrónico se pasó de moda.

Hoy, el trío formado por Pharrell Williams, Chad Hugo y Shae Haley vuelve a la carga con Seeing Sounds. Y en el regreso hay mucho de macho en celo que marca territorio. El grupo parece decir, acá estamos, esto es lo que hacemos: podemos ayudarte. Y para demostrar que su sonido evoluciona y que están dispuestos a mover todas las perillas del tablero, aparecen con un disco que, más que una obra conceptual parece un catálogo filarmónico.

Tapa de Seeing Sounds, tercer disco de N.E.R.D.Pero claro, después de cuatro años de exilio voluntario los N.E.R.D. necesitan probar que están en condiciones de ser consumidos sin complicaciones. Que ese lapso de quietud no fue para recobrarse del Knock Out de Timbaland sino para refinar su fórmula del ruido. Porque salir a batallar con las mismas armas de In the search of... (2002) sería una cruzada perdida, simplemente, porque los
Gnarls Barkley ofrecen algo parecido pero a un costo mucho más accesible.

El germen del cambio se aloja en los primeros temas de SeeingLos integrantes de N.E.R.D.:Chad Hugo, Pharrell Williams y Shae Haley Sounds, que son los que definen la placa. Time For Some Action es el tema de apertura y es donde se presentan las nuevas rimas melódicas. La batería se extiende hasta Everyone Nose, donde la frase “All The Girls Standing In The Line For The Bathroom” se convierte en un mantra de descarga. El track más logrado es Anti Matter, que no abandona el nervio de sus orígenes y consigue introducir una variante musical al agotado pentagrama del hip hop. Acaso la otra sorpresa sea Sooner or Later, una baladita de negro urbano, que no desaprovecha las influencias sonoras de Prince y Teddy Riley. El resto discurre entre un pop revoltoso y un soul atropellado, que sin caer en la frivolidad, suena a más de lo mismo.

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MATADORES

Ken (Brendan Gleeson) y Ray (Colin Farrell) forman la típica dupla de rufianesLas películas inglesas y su fina ironía resulta una combinación tan característica como el té de las cinco con scones. Aunque la mezcla de los ingredientes siempre es moderada, en algunos casos el humor negro es el ingrediente predominante y en otros, como ocurre con In Bruges, la violencia febril es el eje sobre el que se enrama la historia.

Uno de los aciertos del debutante Martin McDonagh es haber elegido la ciudad belga de Brujas para el rodaje que, a modo de bonus track, ofrece un interesante catálogo turístico. Y es que aquel bastión medieval no es simplemente un título decoroso. La metrópoli flamenca, con sus canales subfluviales, el museo Groeningue y sus cuadros de Jan Van Eyck, El Bosco, Van der Weyden o Memling, la Basílica de la Santa Sangre, la convierte en un actor más en escena, que exprime al máximo su participación.

Aunque la única referencia de McDonagh es Six shooter (2004), un cortometraje de 27 minutos que le valió un premio Oscar, su filme fue elegido para inaugurar el
Festival de Sundance y las críticas en su mayoría, le fueron favorables. Otro de los méritos de este director es haber logrado correr a Ralph Fiennes (Harry) del papel de caballero estatua que parece haberse calzado en Sunshine (1999) y no nunca más quiso aflojar. Sí, en esta oportunidad hace de un mafioso malhablado y se nota que lo disfruta.

De qué va. Sin tener muy en claro los motivos, Ray y Ken son enviados a la ciudad de Brujas por Harry, su jefe, por dos semanas. Mientras esperan alguna orden concreta se dedican a pasear por los alrededores y de a poco, la visión de la localidad los irá cambiando.

El malo de Ralph Fiennes (Harry) con Ken (Brendan Gleeson)Al hueso. Sin ser un gran filme, In Bruges tiene la decencia de conocer sus limitaciones y no aspirar a más de lo que tiene para ofrecer. Así, entre descargas de fogueó y puñetazos de karate, se deslizan algunas líneas ingeniosas como cuando Ken le pregunta a un enano “¿Sos de los Estados Unidos?” y el pequeño le confiesa “sí, pero no tengo la culpa”, a lo que le replica “entonces trata de no gritar ni decir groserías”.


Salvo el giro de Ralph Fiennes, los dos protagonistas (Brendan Gleeson y Colin Farrell) desarrollan el papel de dos rufianes hostiles pero de buen corazón, que ya vistieron en más de una ocasión. Acaso el costado menos justificable sea la pulsión que siente su director por retratar la sangre. Cuando uno menos se lo espera, ríos de hemoglobina surcan la carótida de los personajes, mientras uno se pregunta si era necesaria semejante demostración de gore.

En definitiva. El filme ofrece grandes momentos de diversión intercalados con acción, buen elenco y mejor puesta.
Score 6/10

TITULO: Escondidos en Brujas Afiche de In Burges
ORIGINAL: In Bruges
ESTRENO: Sin fecha en Argentina.
ORIGEN: Reino Unido y Bélgica.
AÑO: 2008
DURACION: 107 minutos
DIRECTOR: Martin McDonagh
REPARTO: Colin Farrell (Ray), Brendan Gleeson (Ken), Ralph Fiennes (Harry), Clémence Poésy (Chloë), Jérémie Rénier (Eirik), Thekla Reuten (Marie), Jordan Prentice (Jimmy)
GUION: Martin McDonagh
MUSICA: Carter Burwell
FOTOGRAFIA: Eigil Bryld
SITIO OFICIAL


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EL IMPERIO DEL ROCK

El rock es uno de los movimientos más contradictorios de la cultura moderna. Nació como una expresión de protesta que fue adoptada por millones de jóvenes, pero cuando las ideologías se apagaron y el paradigma reinante pasó a ser la reputación, los músicos, se aprovecharon de aquel público que los idolatraba, para construir un mito que de a poco se resquebraja. A continuación, algunos signos que prueban que el rock está muerto.

Los chicos de Metallica son unos machotes que en el año 1998 reclamaban justicia para todos (…And Justice for all) pero dos años más tarde, iniciaban su juicio contra Napster por fomentar la piratería, al tiempo que don Ulrich, entregaba a la justicia un documento con 300 mil nombres de usuarios (fanáticos sería el término) que habían bajado temas de la banda. Pero la botonería no termina. Hace poco, el grupo invitó a unos bloggers a un recital de su nuevo disco y cuando aparecieron las primeras reviews en Internet, mandaron a sus abogados para que se las obliquen a sacar.

Alguien puede dudar que, después de 35 años de batallar en los escenarios, los AC/DC el mundo del rock y sus figuras necesite un acuerdo exclusivo con un supermercado para vender su nuevo disco. De no creer. La noticia reza que luego de ocho años de silencio (Stiff Upper Lip fue lo último) el grupo australiano firmó un acuerdo con Wal-Mart Stores Inc para distribuir su nuevo trabajo.

Y cuando las monedas hacen ruido, nada tan decadente como ver a los chicos rebeldes vestidos de traje y corbata, jurando en una corte. Por esta situación pasaron Yoko Ono por Lennon, Sir James Paul McCartney por The Beatles y también, The Beach Boys y su litigio por el nombre. Ah, no olvidar a Courtney Love y los ex Nirvana (hoy Foo Fighters).

imagen conceptual sobre la muerte del rockPero el negocio debe continuar. Incluso si la formación original se desvanece. Así, The Door le buscaron un reemplazante a James Morrison para salir de gira y los sobrevivientes de INXS encontraron un substituto de Michael Hutchence en un concursoafiche del rock clásico de talentos. Tampoco se puede pretender que los fanáticos recuerden el nombre de los integrantes de Creedence Clearwater Revival o Megadeth. Mientras imitadores de Pink Floyd, Queen y The Beatles, llenan estadios, la fiesta parece no tener final. Glorias del pasado como The Stooges, Sex Pixtols, Led Zeppelin, salen de sus tumbas para participar del negocio.

Uno de los culpables de la decadencia musical fue MTV. Que empezó como una cadena de música alternativa que pasaba videoclips las 24 horas del día, para terminar con una programación que va de citas de amor, novelas adolescente a enchulado de autos. Y si bien el reality de Los Osbourne tenía momentos divertidos, era triste ver a Ozzy en aquel papel decadente.

Hoy las estrellas salen a roquear por TV. Desde el impresentable programa de
Gene Simmons, con todo el merchandising kissero que trata de imponer a costa de cualquier bajeza. Otro de los canales que apostó por el reciclaje fue VH1. Para SuperGroup convocó al guitarrista Ted Nugent, Scott Ian (Anthrax), Sebastian Bach (Skid Row), Evan Seinfeld (Biohazard) y Jason Bonham (hijo de John Bonham, de Led Zeppelin). La otra perla del canal es El rock del amor donde un botoxeado
Bret Michaels (líder de Poison) debe seleccionar una esposa entre veinte pariticipantes.

Continuará……

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LA COMUNIDAD

el granjero Johan, su esposa y sus siete hijosSe hacen películas pensando en el público masivo, hay otras menos directas, reservadas para los cinéfilos y existe una tercer categoría que se especializa en producir éxitos para los festivales. Sobre esta métrica resbaladiza se desplaza Stellet Licht (Luz silenciosa), una producción mexicana que, como no podía ser de otra forma, obtuvo el Premio del Jurado en el pasado Festival de Cannes, se alzó con el Premio de la Crítica en Río de Janeiro y fue elegida para representar a México en la entrega de los Oscars.

Acaso el gran acierto de su director Carlos Reygadas (el mismo de Batalla en el cielo - 2005) haya sido mostrar al mundo que en su país, existe una comunidad llamada Menonitas, descendientes directos del movimiento anabaptista del siglo XVI, contemporáneo de la Reforma Protestante. Esta comuna está radicada en el estado de Chihuahua y su idioma es una derivación del alemán antiguo con alguna filiación con la lengua neerlandesa. Ahora, el procedimiento que escogió para narrar su historia es otro tema.

Se puede aceptar que el filme carezca de banda sonora y en su lugar, los silencios sean la única cortina de fondo. Es de un gran mérito que muchos de los personajes que aparecen en pantalla no sean actores profesionales. Pero lo que cuesta tolerar es que Reygadas deje su cámara inmóvil durante seis minutos para retratar el amanecer. Y ese es apenas el inicio. Como un fiel discípulo de Andréi Tarkovski o un poco elocuente homenaje a Theodor Dreyer, cada plano, cada avance, puede extenderse unos dos minutos en promedio. Sin demasiada narración en juego, la totalidad del metraje es de 142 minutos, algo que un hábil editor podría haber llevado a la mitad.

De qué va. Johan es un granjero menonita del norte de México, padre de siete hijos, casado con Esther, que en apariencia, lleva una vida feliz y ordenada. Pero una astilla moral hace que su existencia sea ardua y problemática.

Al hueso. Cuando un director decide exponer las costumbres de una comunidad un rito menonita de compañíareligiosa, puede optar por el tono ligero de Witness (1985), aquel filme de Peter Weir donde Harrison Ford se metía en un kibutz; buscar algo fragmentado como Water (2005) de Deepa Mehta, que denuncia los abusos del sistema de castas en la India o, girar la rosca al extremo para que destile Stellet Licht. A mitad de camino entre el documental y la ficción, el filme de Reygadas logra, por momentos, seducir al espectador y en otros, aburrirlo y alejarlo. Acaso porque no es una película para juzgar desde el aspecto emocional sino desde la técnica. En ese caso hay que decir que tanto la fotografía como el manejo de la luz son de una prolijidad rayana con la visión.

En definitiva. Una película que no logra conmover desde lo argumental, porque su apuesta más consistente se apoya en lo estético. Sólo para especialistas.
Score: 5/10

TITULO: Luz silenciosa afiche de Luz silenciosa
ORIGINAL: Stellet Licht
ESTRENO: Sólo en festivales
ORIGEN: México, Francia y Holanda
AÑO: 2007
DURACION: 142 minutos
DIRECTOR: Carlos Reygadas
REPARTO: Cornelio Wall Fehr (Johan), Miriam Toews (Esther), María Pankratz (Marianne), Peter Wall (padre), Elisabeth Fehr (madre), Jacobo Klassen (Zacarías), Irma Thiessen (Sara), Alfredo Thiessen (Alfredo), Daniel Thiessen (Daniel), Autghe Loewen (Autghe), Jackob Loewen (Jackob), Elisabeth Fehr (Anita)
GUION: Carlos Reygadas
MONTAJE: Natalia López
FOTOGRAFIA: Alexis Zabé
SITIO OFICIAL



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