AL INFINITO Y MAS ALLA

El tiempo: una ilusión o una realidad

El tiempo es un concepto que intenta mensurar el paso de las épocas, para fijar la duración del hombre sobre la tierra. En este recorrido intangible se pretende sobrevolar las aproximaciones históricas del tema. Sin dejar afuera el enfoque mecánico de la física ni la dialéctica ontológica. Desde la visión cíclica de los helenos, la concepción lineal de la tradición judío-cristiana, pasando por la convicción de lo continuo e ilimitado, hasta la abstracción subjetiva del tiempo cuántico. Allí vamos.

En la Antigua Grecia la unidad temporal estaba asociada a los cambios estacionales, porque se especulaba que la voluntad del destino estaba en la repetición de aquellos cuatro cíclicos. La creencia general es que existía un tiempo para cada persona (subjetivo), otro referente a la duración de los acontecimientos (objetivo) y un tiempo inmortal, que no tiene principio ni final. Platón, apoyado en las bases de Parménides, considera al tiempo como una imagen móvil de la eternidad que nace con el cielo y que se puede precisar con el movimiento de los astros.
Los números representan la muerte de lo humano
El tratamiento aristotélico introduce una variación al anunciar que el tiempo es el número o medida del movimiento según un antes y un después. El discípulo de Platón repara en una paradoja de su razonamiento, porque “el movimiento sólo se encuentra en la cosa movida o donde ella cambia, mientras que el tiempo está en todas partes de igual manera”.

Entrado al siglo V deja de tener vigencia la percepción de los ciclos y se fortalece la linealidad. Los hombres viven en un tiempo terreno y su objetivo es, a través de la fe, alcanzar la eternidad en la que habita Dios. Agustín, obispo de Hipona, decía "todos sabemos lo que es el tiempo hasta que nos vemos obligados a explicarlo". El beato no mutila su carácter psicológico y sostiene que presente carece de superficie. Cobra relevancia al relacionarlo con el futuro, que todavía no existe y con el pasado, que dejó de ser. Y encuentra que la verdadera medida del tiempo no estaba alojada en el movimiento sino en el alma de los creyentes.

El reloj sirve para registrar lo efímero de la existenciaEn plena era moderna, el tiempo pasa a ser un dato matemático encerrado en un reloj. El precursor del cambio es Isaac Newton quien entiende que el tiempo, al igual que el espacio, es una realidad absoluta, infinita, uniforme, vacía de todo movimiento, en cuyo núcleo se despliegan los acontecimientos y los cambios sucesivos de las cosas. La teoría newtoniana sostiene que el tiempo está determinado por la relación entre la velocidad y el espacio recorrido y lo expresa en una fórmula v = e / t.

Algunas hipótesis curiosas como la Kant, quien entiende que el tiempo existe en cada uno de nosotros como una forma de ordenar nuestra experiencia interna. Mientras William James afirmaba que es imposible que puedan transcurrir 14 minutos, porque para que esto ocurra, primero tienen que pasar siete minutos, luego 3 minutos y medio, para así llegar al minuto y tres cuartos. Y como las divisiones que se pueden practicar en una recta de tiempo son infinitas, este período jamás se llegaría a completar. Bertrand Russell en cambio, supone que los números no existen, porque se trata de meras ficciones lógicas.

Hasta desembocar en las teorías de la Relatividad Especial y General (E=mc 2) del chango Einstein. Una de las conclusiones es que el tiempo es relativo, porque varía en función de quién y bajo qué circunstancias se mida y y desarrollar el concepto del continuo espacio-tiempo, que determina las características de la materia y del movimiento. Algo que contribuyó a desmontar la división estacional de pasado-presente-futuro y que la estructura temporal fluye hacia adelante. "Para nosotros, físicos convencidos, el pasado, el presente y el futuro son sólo ilusiones, aunque se trate de ilusiones muy arraigadas", dirá Einstein.
La vida se desarrolla en una única dimensión o conviven varios planos en un mismo sistema
Su legado fue retomado por Roger Penrose y Stephen Hawking quienes modelan las premisas elementales de Einstein para dirigir la conversación hacia los agujeros negros como de posibles puertas hacia otras formas de materia o de antimateria.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me permito parafrasear a mi amigo José, quien dice: que cruz la que tiene el tiempo, que aunque va para donde quiere no hay rumbo, casa ni rancho donde alguien lo espere. Y sin embargo el tiempo es dueño y rey...Intersanate film para ver. Luego lo calificaré

Anónimo dijo...

Que alguien diga algo interesante como una vision del tiempo en vez de lineal tridimensional , ehh

Anónimo dijo...

exelente!

Publicar un comentario

Donde mueren las palabras