CULTO BIZARRO

El Australian Centre for the Moving Image (ACMI) es una suerte de museo cinematográfico, ubicado en la ciudad de Melbourne. Su función es preservar, difundir y exhibir la cultura de la imagen en todas sus variantes: televisión, cine, medios digitales, videojuegos y arte gráfica. En sus cuatro niveles, se pueden visitar diariamente diferentes exposiciones relacionadas con la cultura del celuloide. Una de las muestras actuales se llama Cult movie poster competition. Se trata de un concurso que premia afiches falsos. A continuación, una selección de los finalistas.

La propuesta consistía en diseñar un póster imaginario, de una película de culto del tipo clase B/Z. El primer puesto fue para Oslem Kesik y su Lesbian Killer Bikini Vampire Girls, le siguió Jazz Feldy con Die Zombiemitfahrer Von der Hölle y Shane Luskie con Attack of the Fembots! El preferido para el staff de Le-Criticón, por unanimidad, fue Invasion of the Baby Snatchers, de Johnny Fernandez.


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EN EL CAMINO

Estrategia de ventas: un muñeco sin manos que reparte volantes en una ruta deshabitadaBurlarse de la torpeza ajena es algo tan patético como regocijarse cuando una persona sufre un resbalón en la calle. Ahora, qué ocurriría si el accidentado, luego de dar varias vueltas por la acera, se levanta como si nada y con una sonrisa perfecta extiende su gorro para pedir a los curiosos, una colaboración por su acto. Algo de esta confusa mezcla de sensaciones es lo que ofrece Kabluey, un filme de actitud independiente que desde la gráfica, apuesta a la ternura pero termina por encontrar en el absurdo, la clave para movilizar a los espectadores.

Se trata de esas historias de tono entre confesional y autobiográfico en donde su director, el joven Scott Prendergast, es también protagonista, guionista y forma parte de la producción. En esta ocasión, comparte cartel con Lisa Kudrow, mejor conocida por su papel de Phoebe Buffay en la serie Friends. Pero en lugar de la excéntrica cantautora que se ríe a carcajadas con sus amigos, desempeña un rol amargo, desdichado, que le sirve para exponer sus condiciones actorales pero que también, la aleja de su objetivo principal: demostrar que en solitario, puede triunfar como comediante.

De qué va. El marido de Leslie se fue a la guerra y ella se quedó sola con sus dos hijos. Como no puede trabajar y cuidarlos al mismo tiempo, decide llamar a su cuñado para que la ayude en las tareas domésticas. Pero los pequeños no son nada dóciles.

El muñeco de Kabluey, sin cabezaAl hueso. Tan malo como la falta de ideas es el exceso de las mismas. Porque si hay algo que abunda en Kabluey son las situaciones graciosas. Algunas son aprovechadas en forma lateral y otras, simplemente fluyen. Así, de entrada, el filme se presenta como una crítica a la administración Bush y su reclutamiento permanente de fuerzas de combate. En unos pocos fotogramas, el enfoque se corre ligeramente hacia una familia disfuncional, cuyo sostén principal lleva un año y medio en Irak.

Con la aparición del muñeco gigante el guión vuelve a reinventarse y es a través de la comedia absurda cuando el relato encuentra su mejor registro.

No conforme con los surcos abiertos, el imán del compás vuelve a virar hacia el norte. Y es aquí donde el protagonista, gracias a su disfraz azulado, logra pasar desapercibido a la mirada de todos y puede escuchar las conversaciones más disparatadas de su entorno. Pero en lugar de sacar provecho de esta inmunidad, su director la desperdicia con una nueva metamorfosis argumental. Y van...

En definitiva. Una historia que pese a las interrupciones constantes logra sostener la atención. Las animaciones que llegan luego de los títulos son imperdibles y vale la pena soportar algunas pifias.
Score 6/10

TITULO: Kabluey
ESTRENO: sin fecha en Argentina
ORIGEN: EE.UU.
AÑO: 2007
DURACION: 86
DIRECTOR: Scott Prendergast
REPARTO: Lisa Kudrow (Leslie), Scott Prendergast (Salman), Teri Garr (Suze), Christine Taylor (Betty), Jeffrey Dean Morgan (Brad), Chris Parnell (Frank, gerente de la tienda), Conchata Ferrell (Kathleen), Angela Sarafyan (Ramona), Patricia Buckley (Elizabeth P. ), Landon Henninger (Lincoln).
GUION: Scott Prendergast
MUSICA: Roddy Bottum
FOTOGRAFIA: Michael Lohmann
SITIO OFICIAL

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VALE LA PENA

Las películas románticas deben sobreponerse a miles de prejuicios. Que son tontas, que no aportan nada útil; sólo aptas para novias sensibles. Son las herederas del folletín, el radioteatro y la telenovela de la tarde. Por más que se intente disfrazar su argumento, remite siempre a la historia de La cenicienta. Así, esta la bella pero humilde que se enamora del millonario apuesto, aunque puede ser a la inversa. Al promediar el metraje llega el conflicto: se pelean, sufren y por fin, la reconciliación y el amor eterno. Pero más importante que el desenlace, lo que se valora en este género son las situaciones (cómicas, dramáticas, apasionadas, afectivas) que se desarrollan entre los protagonistas. Y para demostrar que se puede pasar un buen rato, cinco filmes (más un bonus track) que vale la pena ver.

Un novio para mi mujerUN NOVIO PARA MI MUJER
De: Juan Taratuto Con: Adrián Suar (El tenso), Valeria Bertuccelli (La tana), Gabriel Goity (El cuervo), Marcelo Xicarts, Martín Salazar, Luis Herrera. Año: 2008. Duración: 100 minutos. Origen: Argentina. Estreno en la Argentina: 14 de agosto.

Pese a los pronósticos adversos, que insisten en descalificar cualquier producción nacional en la que figure Adrián Suar, el filme logra superar todos estos prejuicios. Parte del mérito es para
Taratuto, su director, quien demostró que maneja como nadie el lenguaje de la comedia. Con actuaciones aceptables, personajes que escapan a los estereotipos televisivos y un guión que no subestima la inteligencia del espectador.

¿Cómo sobrevivir a mi ex? ¿COMO SOBREVIVIR A MI EX?

(Forgetting Sarah Marshall)
De: Nicholas Stoller. Con: Jason Segel (Peter Bretter), Kristen Bell (Sarah Marshall), Mila Kunis (Rachel Jansen), Russell Brand (Aldous Snow), Paul Rudd (Chuck/Kunu), Jonah Hill (Matthew), Bill Hader (Brian Bretter), Jack McBrayer (Darald), Maria Thayer (Wyoma). Año: 2008. Duración: 112 minutos. Origen: Estados Unidos. Estreno en la Argentina: directo al video.

La historia no puede tener un peor arranque. Un tipo que sin ningún justificativo estético aparece totalmente desnudo en pantalla. Lo que prometía ser un homenaje al mal gusto, de a poco, empieza a girar hacia una comedia de situaciones bien hilvanadas, con personajes amigables, de bajo perfil cinematográfico. La clave está en no hacerse demasiadas ilusiones.

Definitely, MaybeDEFINITELY, MAYBE
De: Adam Brooks. Con: Ryan Reynolds (Will Hayes), Elizabeth Banks (Emily), Isla Fisher (April), Rachel Weisz (Summer Hartley), Derek Luke (Russell McCormack), Abigail Breslin (Maya Hayes). Año: 2008. Duración: 112 minutos. Origen: Reino Unido y Estados Unidos. Estreno en la Argentina: sin fecha.

Un padre soltero intenta explicarle a su hija como fue que conoció a su madre y quien es esa misteriosa mujer. Lo mejor del filme está en el método elegido para narrar la historia y en un cierto parentesco con Cuando Harry conoció a Sally (1989). Por supuesto, el guión no brilla por su originalidad aunque consigue manter la atención, lo que no es poca cosa.

The PromotionTHE PROMOTION
De
: Steven Conrad. Con: Año: Seann William Scott (Doug), John C. Reilly (Richard), Jenna Fischer, Lili Taylor, Fred Armisen, Gil Bellows, Bobby Cannavale, Rick Gonzalez, Chris Conrad. 2008. Duración: 85 minutos. Origen: Estados Unidos. Estreno en la Argentina: sin fecha.

Comedia dramática en donde dos aspirantes compiten por un puesto de gerente para una cadena de supermercado. Lo curioso es ver las bajezas de la que son capaces estos dos hombres de familia para conseguir un incremento en sus salarios. Lo valioso es que en lugar de terminar en una apología del capitalismo, muestra las frustraciones que provoca el discurso industrial de auto-superación.

Locura de amor en las VegasLOCURA DE AMOR EN LAS VEGAS (What Happens in Vegas)
De: Tom Vaughan. Con: Cameron Diaz (Joy McNally), Ashton Kutcher (Jack Fuller), Rob Corddry (Steve Hader), Treat Williams (Jack Fuller padre), Dennis Miller (juez Whopper), Lake Bell (Tipper), Queen Latifah (Dra. Twitchell), Dennis Farina (Banger). Año: 2008. Duración: 99 minutos. Origen: Estados Unidos. Estreno en la Argentina: 15 de mayo de 2008.

Una pareja bien mediática, con mucha explosión y gran química para resolver situaciones de enredo. Lo que en términos cinematográficos se traduce en una comedia amena, sin grandes pretensiones estéticas, cuyo único objetivo es entretener a su público. Y lo consigue.

BONUS TRACK

Married LifeMARRIED LIFE
De
: Ira Sachs. Con: Chris Cooper (Harry Allen), Annabel Kershaw (Miss Jones), Pierce Brosnan (Richard Langley), Patricia Clarkson (Pat Allen), Rachel McAdams (Kay Nesbitt), Sheila Paterson (Sra. Walsh), David Richmond-Peck (Tom), Erin Boyes (Becky), Elijah St. Germain (Little Charlie), Terence Kelly (Dr. Anderson), Timothy Webber (Alvin Walters). Año: 2008. Duración: 90 minutos. Origen: Estados Unidos. Estreno en la Argentina: sin fecha.

Una interesante combinación de géneros. Empieza como una comedia de situaciones graciosas, el nudo se desarrolla como drama y para el cierre, adopta un clima de suspenso. Sin que este cambio de marcha resulte forzado o demasiado calculado.
Con un interesante elenco que otorga convincentes actuaciones.

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A PUNTO DE JAZZ

Murakami X cuatro

Hay una mitad que lo considera un clásico contemporáneo, un talento sólo comparable a la pluma de Salinger. El otro cincuenta por ciento, apenas lo registra. Hablamos del escritor japonés Haruki Murakami. Es el autor de éxitos como After Dark (2004), Kafka en la orilla (2002), Underground (1997), Crónica del pájaro que da cuerda al mundo (1994) y Tokio Blues (1987). Uno de sus textos fue el gérmen de inspiración para el filme Lost in translation (2003) de Sofía Coppola. Muchas de sus novelas llevan el título de una canción de The Beatles. Aunque la crítica literaria lo malcría, no deja de considerarlo un escritor pop de vuelo recortado. En su país, lo ven como un personaje demasiado occidentalizado. Pase y lean, señores…

Mientras su padre era un monje budista, su madre era hija de un mercader de Osaka. Ambos eran profesores de literatura clásica nipona. De ellos heredó el amor por la palabra escrita y esa curiosa fascinación por la modulación del jazz. Esa misma métrica desinhibida e involuntaria, es la que intenta imponer a sus textos. “El ritmo es lo más importante porque es la magia, lo que invita a la audiencia a bailar y lo que yo quiero son lectores que bailen con mis palabras. No quiero que entiendan mis metáforas ni el simbolismo de la obra, quiero que se sientan como en los buenos conciertos de jazz, cuando los pies no pueden parar de moverse bajo las butacas marcando el ritmo”, sostuvo Murakami en un reportaje reciente.

Portada de Kafka en la orillaLa música viaja también entre las hojas escritas. En varios de sus pasajes suenan Nat King Cole, los Beach Boys, Rossini, Beethoven, la Flauta Mágica de Mozart o Vivaldi. Como el personaje de Rob Gordon en la novela High Fidelity, de Nick Hornby, Haruki trabajó en una tienda de discos durante sus años universitarios y más tarde, manejó un club de jazz en Tokio. Otra de sus grandes pasiones son los felinos. Cuando un gato aparece por alguno de sus textos, es el mejor indicio que algo raro está por ocurrir.

La inspiración literaria le llegó tarde. “Cuando cumplí 29, de pronto y de la nada, tuve esta sensación de que quería escribir una novela; de que podía hacerlo. No podría escribir nada que estuviera a la altura de lo de Dostoievsky o Balzac, por stencil de Murakamisupuesto, pero me dije a mí mismo que eso no importaba. No tenía que convertirme en un gigante literario. Aun así, no tenía idea de cómo escribir una novela ni sobre qué escribir” apuntó en otra entrevista.

Murakami es ante todo un romántico de ley. El tema central de su prosa es la búsqueda del amor, revestido por una gruesa capa de surrealismo y confusión. Pese a ello, no es un hombre enamorado. Sobre su condición conyugal, dispara “Al contrario que a mi mujer, a mi no me gusta la compañía. Llevo casado 37 años y a menudo es una batalla. Estoy acostumbrado a estar sólo. Y me gusta estar sólo”. Tómelo o déjelo. ¿Qué más se puede hacer?

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HASTA LAS CHAPAS

Como cuatro fieras enjauladas

Deben existir pocas agrupaciones que hicieron tanto mérito como Metallica para ganarse la antipatía de la gente. Desde la demanda contra las redes de intercambio musical Napster, la denunciar a los fanáticos que descargaban sus canciones, hasta la repentina cancelación de las giras, alegando estrés o cansancio. La aparición de Death Magnetic, su noveno disco en estudio, es una excelente oportunidad para ajustar cuentas pendientes. Lo que implica que, para la evaluación del material, la leyenda y su panteón de éxitos, no serán tenidos en cuenta. Lo que se dice, contemplación cero. Atención, los señores James Hetfield, Lars Ulrich, Kirk Hammett y Robert Trujillo, favor de acomodarse contra la pared. La función está por comenzar.

La sensación que deja el álbum es que uno se equivocó de caja. Que por una amarga casualidad Tapa de Death Magneticdel inconsciente, en lugar de agarrar el CD de Death Magnetic, uno colocó en la bandeja un lado B de Kill 'Em All (1983) o Ride the Lightning (1984). Lo que se dice un sonido de antropófago, visceral, sin lugar para mariconadas. Porque si bien suena distinto a todo lo anterior, mantiene la esencia de los primeros trabajos. El mensaje del grupo está más que claro, basta de buscar la perfección sonora, de pretender refundar el trash metal. Regresemos a las fuentes, a la fibra originaria de los ochenta. Y desde la tapa del disco no sólo están anunciando diez temas inéditos, también comunican que los jinetes del Apocalipsis acaban de resucitar.

Los tres primeros temas (That Was Your Life, The End Of The Line, Broken, Beat & Scarred) no dan tregua ni descanso. Están inflamados con algunos punteos de Metallica, unos años atrásKirk Hammett y la áspera sonoridad vocal de James Hetfield. En el cuarto tema, The Day That Never Comes, los muchachos sirven un refrigero para calmar a las fieras. Entre punteos estilo The Unforgiven y atmósferas que remiten a Fade To Black, se armó este corte de difusión bien redondito. Cyanide es un tema ideal para que el amigo Lars Ulrico exhiba sus técnicas de percusión. Por momentos, los brazos del batero parecen encontrar la fuerza justa para cada golpe, lo que le devuelve a la banda, el sonido tiraparedes de hace unos años. Y por fin llega The Unforgiven III una baladita fierrera que si bien no está a la altura de los dos precedentes, sirve para demostrar que no todo es furia descontrolada en el reino de los metales.

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