Antecedentes. Se sabe, el señor Silvester Stallone es un confeso admirador de las políticas de Estado llevadas a cabo por George W. Bush. Al señor Silvester Stallone le simpatizan los gobernantes republicanos. Conclusión. Al señor Silvester Stallone le gusta la guerra. Y eso es lo que hace en sus películas. Se inventa un enemigo, se carga dos o tres ristras de balas al hombro y sale a tumbar muñecos.
TITULO: John Rambo
ORIGINAL: John Rambo
ESTRENO: 21 de febrero (Argentina)
ORIGEN: Estados Unidos
AÑO: 2008
DURACION: 91 minutos
DIRECTOR: Silvester Stallone
REPARTO: Sylvester Stallone, James Brolin, Kim Dickens, Bruno Campos, Carrie Southworth
GUION: Silvester Stallone
WEB OFICIAL: www.mangafilms.es/johnrambo/
No es casualidad que el auge de su personaje más sanguinario, el teniente John Rambo, haya alcanzado su mayor grado de notoriedad durante la década de los 80’, época en la que Roland Reagan (1981-1987) ocupaba la presidencia de los Estados Unidos. Incluso este vaquero devenido en político llegó a decir “Rambo es un republicano perfecto”. Tampoco es casualidad que cuando George Bush (1989-1993) padre se hizo cargo del gobierno y sin perder tiempo lanzó una ofensiva contra Irak, el musculoso de boca torcida llevó a su personaje a las arenas del desierto para ajusticiar a los hijos de Alá. Da la casualidad que al final del mandato de George Bush (2001-200_) hijo, Stallone vuelve a la carga con la última bala en su cargador: John Rambo.
De qué va. El ex boina verde está radicado al norte de Tailandia y vive cazando serpientes para un show. Hasta que un grupo de misioneros vienen a buscarlos para que los conduzca a Birmania, para dar asistencia médica a los redientes que son brutalmente asesinados por la milicia.
Al hueso. El soldado regresa al lugar que mejor conoce, la jungla vietnamita, territorio del que acaso jamás debió salir. Y como los tiempos que corren son feroces, el ojo de su director y guionista, el siempre inflado Silvester Stallone, no se permite la más mínima sutileza. Como en un filme de Snuff, donde la única motivación es contemplar mutilaciones reales, en la cuarta parte de Rambo todo es brutalidad. Desde soldados que vuelan despedazados por los aires, criaturas que son aniquiladas a culatazos, miembros que son amputados de un disparo y la lista de atrocidades no para.
Por momentos pareciera un videojuego siniestro en donde el espectador está al mando de un personaje que debe exterminar a todos los que se pongan frente a la cámara. Cuando la justificación del realismo transgrede ciertos límites (la masacre en primer plano de unos niños no era necesario) la violencia desmesurada se convierte en pornografía. El resto es pura anécdota. Bien filmada, con un guión creíble y mucha sangre.
En definitiva. Para personas con mentalidad republicana. Para quienes aman la guerra. Para quienes piden mano dura. Para quienes lustran su escopeta todas las noches.
Score: 5/10
