Si hay un lema que impuso el mercantilismo más desenfrenado es el de adaptación o decadencia. La posibilidad de que el pasado se convierta en presente está dada por su capacidad de mutación. Uno de los objetos que más transformaciones experimentó en los últimos tiempos fue la música. En el transcurso de 10 años, el Long Play fue devorado por el CD, quien a su vez sucumbió bajo el acento del MP3. El soporte también sufrió modificaciones. Los tocadiscos, los CD player y demás reproductores digitales quedaron reducidos a un aparatito celular. ¿Será este el futuro de la música?
Mientras la inoperancia de la industria discográfica está llevando a pique un negocio millonario, los equipos móviles empiezan a tomar el control de la situación. Y lo primero que intentan hacer es conocer los hábitos de sus clientes. Un estudio realizado por una compañía de teléfonos reveló que a los jóvenes entre 18 y 24 años no les interesa comprar el disco completo sino apenas un tema. El 48% practican lo que se conoce como Sound Snacking, es decir, escuchar no más de 20 o 30 segundos de cada canción. Siguiendo con las estadísticas, hay un 14% que escucha un fragmento para relajarse, un 47% para animarse, el 14% lo emplea como motivador para ir al trabajo y completa el 3% que lo usa para despertarse y otro 3% para fomentar el romanticismo.
No quedan dudas de la ubicuidad del sonido, porque hasta la ropa viene con música incorporada. En otra investigación se descubrió que el 87% declara que su interés por la música se incrementó desde que poseen un dispositivo portátil de música digital. El grupo de edad comprendido entre los 19 y 24 años pasa 27 horas de la semana con música, mientras que a partir de los 30, la intensidad sonora decrece. En cuanto a los géneros que más retumban en el mundo, el 35% se identifica con el pop, seguido por un 21% del rock. En la retaguardia, el dance asoma con apenas un 8% y cierra la música clásica con un 7%.
AMANSAR A LAS FIERAS
VUELTA AL MUNDO
El sistema de selección distingue un ganador anual y entrega varios premios a otras categorías como Deportes, Información general, Retrato, Estilos de vida, Naturaleza, entre otros. Vale mencionar que en el apartado Arte y entretenimiento, el segundo premio lo obtuvo el italiano Stefano De Luigi por un retrato de la actriz Martina Gusmán en el filme Leonera. Se destacan también las fotos de Francesco Zizola sobre la violencia en Colombia. A continuación, otros algunas fotos impactantes.
El mismo día en que fue asesinada la primer ex ministra y líder opositora paquistaní Benazir Bhutto, se produjo otro atentado en las afueras de Rawalpindi. En una concentración política llevada a cabo por los seguidores de otro dirigente de la oposición. El artefacto explosivo cobró al menos 20 víctimas.
Cientos de manifestantes de la oposición en el vecindario de Kibera, en Nairobi, tomaron las calles y quemaron casas y locales comerciales, minutos después de que el presidente Mwai Kibaki fue declarado ganador de unas disputadas elecciones en Kenia.
Un grupo de chicos juegan en las colinas de Bethlehem. Cerca de unos 180 mil palestino y 24 mil cristianos residen en Bethlehem, en territorio palestino. Actualmente, hay en aquel lugar cerca de 80 mil judíos afincados.
CASI HUMANO
Las criaturas mecánicas han despertado la curiosidad del hombre desde épocas tempranas. En el siglo XIII, el monje Alberto Magno creó la primer “cabeza parlante” con vidrio, hierro y cuero. La misma fue destruida por su discípulo Santo Tomás de Aquino, por considerarla una obra del demonio. Otro de los que probó suerte fue el gran Leonardo Da Vinci, quien ensambló al menos dos de estos cuerpos artificiales. Hasta el propio René Descartes ideó un muñeco animado con el aspecto de su fallecida hija Francine. Pero acaso el hacedor más virtuoso de todos los tiempos haya sido Pierre Jaquet-Droz.
Mucho antes de los replicantes de Blade Runner y de las leyes robóticas de Isaac Asimos, este relojero suizo -en el año 1772- junto a su hijo Henri-Louis, dio vida a tres autómatas casi perfectos: el dibujante, la pianista y el escritor. Por su estatura, de unos 70 centímetros y las expresiones del rostro, se los compara con niños de 3 años. Estos prodigios de la ingeniería fueron contemplada por reyes y emperadores tanto de Europa como de China, India o Japón.
Quizás el más aterrador haya sido el escritor, que fue el primero de estos tres organismos con sangre de aserrín. Compuesto por 6 mil piezas, el pequeño es capaz de reproducir una caligrafía de amanuense, respetando los espacios y la ortografía. Pero lo más asombrosos es la naturalidad de sus gestos. Mientras escribe, puede recorrer el texto con la vista, mojar la pluma en el tintero, sacudirla ligeramente para que no manchar la hoja y mirar hacia el vacío antes de cada trazo. Gracias a una rueda que permite seleccionar los caracteres y el orden en el que deben apuntarse, puede componer frases en varios idiomas.
El Dibujante, hecho en colaboración con el artesano Jean Frédéric Leschot, estaba integrado por unas 2.000 partes y podía completar hasta cuatro dibujos: un retrato de Luis XV, una pareja real, un perro y un angelito que viaja en una carroza tirada por una mariposa. Estaba “programado” para respetar los cuatro pasos del dibujo académico: esbozo con lápiz, repaso de las líneas, sombreado y retoques finales. Al igual que el anterior imita el comportamiento del hombre. Toma distancia de la obra para estudiar la perspectiva, sopla el papel para eliminar los rastros de polvo y mueve los ojos en varias direcciones.
La particularidad de la pianista es que el sonido no está grabado, sino que la mujer ejecuta con sus dedos la melodía del órgano. Está formada por 2.500 engranajes y puede interpretar 5 piezas musicales, compuestas por Henri-Louis. Entre sus gracias, cambia la mirada de las teclas al pentagrama, inclina el cuerpo, toma aire y al finalizar cada ejecución, hace una reverencia.
Los tres autómatas son una de las atracciones del museo de Arte e Historia de Neuchâtel, en la región de los lagos suizos. Otro sitio para descubrir fantásticas creaciones y conseguir alguna que otra ganga es en la Automates et boites à musique.
RESISTIRE
El “ruso” Rosencof fue uno de los nueve dirigentes tupamaros conocidos como "los rehenes", que pasó varios años enterrado en un pozo de 2 por 1, incomunicado y sin agua. Los padecimientos de este militante del Movimiento de Liberación Nacional fueron relatados en los tres tomos de "Memorias del calabozo" (1988-1989), escritos en colaboración con Eleuterio Fernández Huidobro.
Una de sus piezas más populares es La Margarita, que tuvo una concepción de lo más curioso. En uno de los tantos días de cautiverio un guardia le pregunta a Rosencof si él era escritor. Ante el gesto afirmativo del recluso, el uniformado transmite “el sargento ordena que le escriba una carta a su novia”. Este favor inesperado fue recompensado por el militar con víveres, cigarrillos y otros beneficios. El propio Rosencof reseña que ya tenía aquellos versos en mente “cuando un soldado me dejó la parte de adentro de una birome, la escribí en hojillas de fumar y la metí en el dobladillo de la ropa que mandaban a lavar a casa cada mes y medio. Así salió La Margarita”.
Esta historia tierna que pudo suceder en cualquier arrabal montevideano, tiene como protagonista a una chica humilde llamada Margarita. Acaso haya sido Jaime Roos, quien al musicalizar los poemas de Rosencof en 1994, les entregó carácter inmoral a sus estrofas. A continuación, la letra de Golondrinas, uno de los temas de La Margarita que mejor reflejan una época de ideologías y sentimientos auténticos:
Al salir del Metropol,
íbamos a un bar,
para hablar como mayores,
del futuro..
Era un tema manso, sin apuros
y el futuro, enorme, a qué apurar,
a qué apurar?
Allí, dichosos, nos dejábamos estar,
todo era diáfano, fácil, seguro,
cuando en su universo,
poético y puro, llegaba el mozo,
qué van a tomar?
y qué van a tomar?
Entonces lo mirábamos de medio lado,
con el desdén de los soñadores,
y con el yunte, apenas murmurado,
ella volvía a colgar cortinas de colores ,
y en la pared de un patio sombreado ,
golondrinas de yeso y otros primores...
EN MEMORIA
Y esa pulcra esterilidad que es el motor de Chrysalis se refleja en el tono aséptico de su ambientación, en las peleas mecánicas entre buenos y malos, un afiche con poco glamour, en la falta de pasiones humanas y en la escasez de expresiones. Si su director Julien Leclercq hubiera elegido como banda de sonido al grupo Kraftwerk, todo hubiera sido mucho más fácil de entender y tendría algún sentido, pero lamentablemente, no fue así.
Pese a todas estas marcas en su contra, este policial francés ambientado en un futuro viable, hace todo lo posible por continuar fiel a sus postulados. Así, lo que en un principio resulta una pedantería tecnológica, de a poco se convierte en un capricho estético que se sostiene más allá de la gloria o del fracaso. Precisamente, en esta obstinación de Julien Leclercq reside su gran mérito, respetar una idea de principio a fin, sin importar las consecuencias de la boletería.
De qué va. En el año 2025, un policía parisino se enfrenta a una organización que busca lucrar con los recuerdos de las personas. En esta batalla aparecerán enemigos inesperados y fortuitos aliados.
Al hueso. Cuando se realiza un filme futurista como Chrysalis, se corre el riesgo de que la ciencia se devore a la ficción y en lugar de una reflexión sobre el poder de la reminiscencia termine siendo un documental sobre la memoria. Para escapar de ese encasillamiento, su realizador, en lugar de domesticar a los personajes prefirió recurrir a la técnica. Y en el set de filmación puso varias cámaras aéreas que logran tomas de gran interés artístico pero con poco valor sentimental. Lo que demuestra que para lograr el asombro, el cine necesita recurrir a las exageraciones.
Detrás de toda esa ola de insensibilidad, se esconde una historia interesante, que por momentos logra que la espalda del espectador se despegue de la butaca, pero es apenas una insinuación de lo que podría haber sucedido. No es aburrida ni carece de presupuesto. Simplemente, la inexperiencia de Leclercq para tratar ciertos tópicos, haya grabado un arancel demasiado elevado para su debut.
En definitiva. Un relato interesante, muy bien ambientado, con interesantes efectos, pero con actuaciones poco convincentes y un guión que privilegia el rigor antes que el exceso.
Score 6/10
TITULO: Chrysalis
ESTRENO: sin fecha en la Argentina
ORIGEN: Francia
AÑO: 2007
DURACION: 94 minutos
DIRECTOR: Julien Leclercq
REPARTO: Albert Dupontel (David Hoffmann), Marie Guillard (Marie Becker), Marthe Keller (doctora Brügen), Mélanie Thierry (Manon Brügen), Estelle Lefébure (Clara), Claude Perron (Miller), Smadi Wolfman (Sarah), Patrick Bauchau (Charles Becker), Guy Lecluyse (Kovacs), Francis Renaud (Yuri), Manon Chevallier (Clémence), Andy King (Gianni) GUION: Julien Leclercq y Franck Philippon; con la colaboración de Nicolas Peufaillit y Aude Py
MUSICA: François Roy y Jean-Jacques Hertz
FOTOGRAFIA: Thomas Hardmeier
MONTAJE: Thierry Hoss
SITIO OFICIAL
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LOS EDUCADORES
La modalidad de pago voluntario por tema es una estrategia de orden kantiano para que los jóvenes, acostumbrados a conseguir música por la arbitrariedad de un clic, eduquen su conciencia moral para que su valoración sobre la condición de este acto se modifique. Uno de los impulsores de esta dialéctica bueno/malo fue Radiohead, quienes en In Rainbows, su último lanzamiento, apelaron al intelecto, los afectos y la voluntad de su público para que el precio del material lo pusiera el interesado. Otro de los educadores es Girl Talk, que con su disco Feed The Animals se suman a la campaña: el primero te lo regalo, el segundo lo comprás.
Lo que parece una formación de chicas autosatisfechas es el pseudónimo usado por el señor Greg Gillis, un músic/productor/DJ estadounidense especializado en la técnica, hoy devenida en género, del Mash Up. El sistema de creación es más simple de explicar de lo que cuesta llevarlo a la práctica. El paciente de Gillis desparrama sobre la mesa un millón de hits de todos las épocas y a cada uno de ellos les va comiendo un bordecito. Con sabia prolijidad, a estos recortes los zurce uno al lado del otro para lograr una canción interminable en forma de disco.
En este aquelarre sónico, el oyente bien entrenado podrá reconocer como se disparan coros, voces, sampler o acordes de: Twister Sister, Sinéad O'Connor, el tema de FlashDance, Beastie Boy, Jimi Hendrix, Eminem, Air, Missy Elliott, Queen, Prince, Metallica, Michael Jackson y más. Si hubiera que improvisar una valoración sobre Feed The Animals, se podría concluir que, sin importar en el orden que se lo escuche, los cuatro primeros temas resultan fascinantes, en los tres siguientes comienza a decaer la emoción y a partir del octavo o noveno, uno ruega que el dial permanezca quieto por unos instantes. Y el ascensor debe llegar hasta el piso catorce.