No sólo en Argentina se demora el acuerdo entre los chacareros y el gobierno. En los Estados Unidos, el Sindicato de Actores de la Pantalla (SAG, según sus siglas en inglés) le declaró públicamente la guerra a la Federación Estadounidense de Artistas de Televisión y Radio (AFTRA). Lo que abre una nueva varice de trasfusión entre la yugular de los guionistas y los murciélagos de la industria.
De esta manera, AFTRA negociará en forma independiente con la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP), que representa a la patronal. El punto en cuestión siguen siendo las condiciones laborales en producciones cinematográficas y series televisivas de horario estelar. Durante 27 años, el sindicato, que decide por sus 120 mil miembros y la federación, con 70 mil confederados, resolvían estos chanchullos en conjunto. Pero claro, se nota que estos chicos no escucharon hablar de Maquiavelo, un pensador del Renacimiento italiano que en el siglo XVI dijo “divide y vencerás”.
No hace falta ser un nigromante para vislumbrar que a la industria del cine, la humedad le está comiendo el respaldo del asiento. Si la piratería no le hundió el piso, la protestas de guionistas pueden ser el mazazo que faltaba para tumbar la medianera. Por eso, al cortar la manzana al medio, se asegura, por lo menos, un aliado incondicional y un enemigo intransigente.
Como para que los sediciosos entren en razón, algunas estrellas (George Clooney, Meryl Streep o Robert De Niro, como para mandarlos al frente), apuntan que Hollywood no puede permitirse otra huelga como la que sufrió recientemente a causa del conflicto entre guionistas y los grandes estudios. Esperemos que, como ocurre en todas las películas, los buenos sean los triunfadores. El problema es de que lado del mostrador se lo mira. Porque buenos, buenos somos todos.
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