TORMENTA DE IDEAS

Wu Ming: cinco escritores para un sólo nombre Muchos consideran a la escritura como el arte de la soledad. Será porque la concentración está asociada al aislamiento o porque los grandes escritores cultivaron el destierro voluntario. Para revertir este concepto bizantino, un grupo de cinco pensadores italianos asociaron sus ideas para dar forma a Wu Ming: la primer escritura colectiva de masas.

Pero la noción Wu Ming (según su pronunciación en mandarín, puede significar “cinco nombres” o “anónimo”) va mucho más allá de una ruptura con la individualidad del intelecto. Aunque estos boloñeses se dedican a publicar Best Seller, son partidarios de promover la guerrilla comunicativa y el sabotaje cultural. Su reclamo apunta a una libertad de expresión absoluta y a privilegiar la importancia de la obra sobre el reconocimiento de quien la produce.

En consecuencia con esta postura, sus libros están enmarcados bajo la ley del
la imaginación hace la obraCopyleft. Es decir, que se permite apropiar del contenido del mismo, siempre y cuando se cite a la fuente y no guarde fines comerciales. Por eso, mucho de sus textos se pueden leer gratis en diferentes páginas. Incluso, tienen un sitio oficial en español con varias traducciones libres de su obra.
En
varias entrevistas, lo Wu Ming se promocionan como "un laboratorio de creaciones literarias". Entre sus logros se cuenta la invención de un género titulado “la novela histórica”, cuyo objetivo es una reconstrucción tan detallada de época que el personaje de ficción termina por convertirse en un ente real. Uno de sus expresiones más celebradas es aquella que sostiene que "las historias son hachas de guerra que hay que desenterrar".

El colectivo Wu Ming se dio a conocer en el año 2000, con la novela Q, que firmaron bajo el mote colectivo de Luther Blisset. Este nombre, hace referencia a un jugador de fútbol jamaiquino, que a principio de los ochenta pasó por el club AC Milán. Por mera simpatía o consonancia lingüística, el movimiento cultural europeo se apropió del nombre Luther Blissett y lo utilizó como un seudónimo para suscribir acciones ligadas a la estética o la política.

Ya en 2003, y bajo su actual designación, publicaron sus ideas son tildadas de guerrilla comunicativa y el sabotaje cultural54. Este año regresaron con Manituana, primera entrega de una trilogía sobre la Revolución Norteamericana. Además, son coautores de la autobiografía de Vitaliano Ravagli, antifachista y veterano de las guerras de liberación en Indochina ("Hachas de guerra", Tropea, 2000) y de Esta revolución no tiene rostro. Y aunque el nombre verdadero de estos letrados no es ningún secreto(Roberto Bui, Giovanni Cattabriga, Luca Di Meo, Federico Guglielmi, Riccardo Pedrini) públicamente, prefieren darse a conocer como Wu Ming 1, 2, 3, 4 y 5. Que así sea.

2 comentarios:

C.E dijo...

Y sí, son las maravillas de la posmodernidad: que lo que no es nuevo siempre aparezca con la pátina de la novedad. No era otro el caso de los autores medievales, para quienes no era importante el autor sino la obra (aunque claro, no era una cuestión de "sabotaje" sino que la noción de autor individual, casi tanto como la de individuo, carecía de sentido) También las vanguardias se dieron a experimentar con los textos de autoría colectiva...pero bueno, habrá que ver cómo les resulta la contradicción de pretender un sabotaje cultural y ser, a la vez, best sellers. En eso andan los europeos por estos días, en atravesar contradicciones.

Abrazo

Marcel Celmar dijo...

Perfectamente expresada la idea. Nada para agregar.

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