En el hip hop existen varias vertientes musicales. Los Gangsta rap, que cuenta entre sus filas a tipos realmente malos como Snoop Dogg, Dr. Dre, 50 Cent, están en picada. El hip hop travestido en rhythm and blues es propiedad de Timbaland (alias Timothy Z. Mosley), un moreno machazo que endulza el rap con gotitas de erotismo. Es el productor de moda y en su lista de clientes aparecen Nelly Furtado, Rihanna, Justin Timberlake, Björk y Madonna. El grupo N.E.R.D., que para producir utiliza el apodo The Neptunes fueron, durante 5 años, los chicos mimados del ecosistema sonoro. Pero su pastiche electrónico se pasó de moda.
Hoy, el trío formado por Pharrell Williams, Chad Hugo y Shae Haley vuelve a la carga con Seeing Sounds. Y en el regreso hay mucho de macho en celo que marca territorio. El grupo parece decir, acá estamos, esto es lo que hacemos: podemos ayudarte. Y para demostrar que su sonido evoluciona y que están dispuestos a mover todas las perillas del tablero, aparecen con un disco que, más que una obra conceptual parece un catálogo filarmónico.
Pero claro, después de cuatro años de exilio voluntario los N.E.R.D. necesitan probar que están en condiciones de ser consumidos sin complicaciones. Que ese lapso de quietud no fue para recobrarse del Knock Out de Timbaland sino para refinar su fórmula del ruido. Porque salir a batallar con las mismas armas de In the search of... (2002) sería una cruzada perdida, simplemente, porque los Gnarls Barkley ofrecen algo parecido pero a un costo mucho más accesible.
El germen del cambio se aloja en los primeros temas de Seeing Sounds, que son los que definen la placa. Time For Some Action es el tema de apertura y es donde se presentan las nuevas rimas melódicas. La batería se extiende hasta Everyone Nose, donde la frase “All The Girls Standing In The Line For The Bathroom” se convierte en un mantra de descarga. El track más logrado es Anti Matter, que no abandona el nervio de sus orígenes y consigue introducir una variante musical al agotado pentagrama del hip hop. Acaso la otra sorpresa sea Sooner or Later, una baladita de negro urbano, que no desaprovecha las influencias sonoras de Prince y Teddy Riley. El resto discurre entre un pop revoltoso y un soul atropellado, que sin caer en la frivolidad, suena a más de lo mismo.
COSA DE NEGROS
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