El pasado no siempre es lo que ocurrió sino también aquello que nunca termina de suceder. Muchas veces, las consecuencias del ayer se mezclan con el presente bajo la forma de recuerdos quietos. De esa cárcel temporal que arma la memoria trata Emotional Arithmetic, un filme en donde se refleja la carga que representa ser un sobreviviente al holocausto luego de 65 años. Un elenco de figuras experimentadas que actúan con la simplicidad de lo cotidiano y un guión rico en claroscuros, son los engranajes motores con los que cuenta esta producción.
La historia tiene como trasfondo los campo de Drancy -por el barrio al noreste de Paris donde se ubicaba- una zona de tránsito entre campos de concentración, para contener a los judíos extranjeros residentes en Francia. Estuvo bajo el mando de la policía francesa hasta que fue traspasado a los nazis en el año 1942. Se estima que unos 70 mil prisioneros pasaron por sus instalaciones hasta que en 1944 los alemanes comenzaron a deportar a los cautivos hacia otros destinos. La gran mayoría fue a parar a Auschwitz-Birkenau y unos pocos, al campo de exterminio de Sobibor. En Emotional Arithmetic este contexto funciona como la mecha que da lugar a la explosión.
Pero la trama que está decidido a contar Paolo Barzman, no está rodeada de alambres de púas ni de insignias relucientes. Por el contrario, transcurre en la campiña canadiense de Québec y la familia afincada en aquella abstracción bucólica vive sin preocupaciones. Pero las apariencias engañan y lo que por fuera es amor y felicidad, en la intimidad de los habitantes se irá convirtiendo en amargura y reproches. Pero para visitar la incomodidad no habrá prisa ni desmesuras y la trama se irá desarrollando progresivamente, al tiempo que los personajes elijan para referir sus tormentos.
De qué va. Después de buscarlo durante años, Melanie (Susan Sarandon) descubre que Jakob Bronski (Max von Sydow) está internado en un hospital psiquiátrico y sin dudarlo, lo invita a vivir a su casa. Pero aquel viejo ermitaño llegará con una sorpresa que hará revivir los traumas de antaño.
Al hueso. Con frecuencia se dice que un gran equipo necesita de un técnico de igual prestigio para sacarlo adelante. Esta regla tácita puede servir para explicar por qué Emotional Arithmetic no se convirtió en una gran película. Paolo Barzman es un debutante cargado de buenas intenciones a las que nunca termina de redondear, porque da la sensación de que algo se le escapa. Para que un objeto brille hay que pulirlo a conciencia pero también, ponerle un poco de carácter. Entre debilidades y flaquezas, Barzman se encontró en la pista de un circo lleno de fieras a las que no consigue domesticar. De todos modos, la distracción del espectador está garantizada, no por virtud del domador sino por mérito de sus leones.
En definitiva. Un típico filme independiente con escasa pomposidad escénica y un guión pausado, para quienes busquen una reflexión antes que un pasatiempo.
Score 6/10
TITULO: Emotional Arithmetic
ESTRENO: (Sin fecha en Argentina)
ORIGEN: Canadá
AÑO: 2008
DURACION: 99 minutos
DIRECTOR: Paolo Barzman
REPARTO: Susan Sarandon (Melanie Winters), Christopher Plummer (David Winters), Gabriel Byrne (Christopher Lewis), Roy Dupuis (Benjamin Winters), Max von Sydow (Jakob Bronski), Dakota Goyo (Timmy Winters), Domini Blythe (Jane Radley), Kris Holden-Reid (Jakob de joven), Regan Jewitt (Melanie de joven), Alexandre Nachi (Christopher de joven)
GUION: Jefferson Lewis; basado en la novela de Matt Cohen
MUSICA: Normand Corbeil
FOTOGRAFIA: Luc Montpellier
MONTAJE: Arthur Tarnowski
SITIO OFICIAL
La historia tiene como trasfondo los campo de Drancy -por el barrio al noreste de Paris donde se ubicaba- una zona de tránsito entre campos de concentración, para contener a los judíos extranjeros residentes en Francia. Estuvo bajo el mando de la policía francesa hasta que fue traspasado a los nazis en el año 1942. Se estima que unos 70 mil prisioneros pasaron por sus instalaciones hasta que en 1944 los alemanes comenzaron a deportar a los cautivos hacia otros destinos. La gran mayoría fue a parar a Auschwitz-Birkenau y unos pocos, al campo de exterminio de Sobibor. En Emotional Arithmetic este contexto funciona como la mecha que da lugar a la explosión.
Pero la trama que está decidido a contar Paolo Barzman, no está rodeada de alambres de púas ni de insignias relucientes. Por el contrario, transcurre en la campiña canadiense de Québec y la familia afincada en aquella abstracción bucólica vive sin preocupaciones. Pero las apariencias engañan y lo que por fuera es amor y felicidad, en la intimidad de los habitantes se irá convirtiendo en amargura y reproches. Pero para visitar la incomodidad no habrá prisa ni desmesuras y la trama se irá desarrollando progresivamente, al tiempo que los personajes elijan para referir sus tormentos.
De qué va. Después de buscarlo durante años, Melanie (Susan Sarandon) descubre que Jakob Bronski (Max von Sydow) está internado en un hospital psiquiátrico y sin dudarlo, lo invita a vivir a su casa. Pero aquel viejo ermitaño llegará con una sorpresa que hará revivir los traumas de antaño.
Al hueso. Con frecuencia se dice que un gran equipo necesita de un técnico de igual prestigio para sacarlo adelante. Esta regla tácita puede servir para explicar por qué Emotional Arithmetic no se convirtió en una gran película. Paolo Barzman es un debutante cargado de buenas intenciones a las que nunca termina de redondear, porque da la sensación de que algo se le escapa. Para que un objeto brille hay que pulirlo a conciencia pero también, ponerle un poco de carácter. Entre debilidades y flaquezas, Barzman se encontró en la pista de un circo lleno de fieras a las que no consigue domesticar. De todos modos, la distracción del espectador está garantizada, no por virtud del domador sino por mérito de sus leones.
En definitiva. Un típico filme independiente con escasa pomposidad escénica y un guión pausado, para quienes busquen una reflexión antes que un pasatiempo.
Score 6/10
TITULO: Emotional Arithmetic
ESTRENO: (Sin fecha en Argentina)
ORIGEN: Canadá
AÑO: 2008
DURACION: 99 minutos
DIRECTOR: Paolo Barzman
REPARTO: Susan Sarandon (Melanie Winters), Christopher Plummer (David Winters), Gabriel Byrne (Christopher Lewis), Roy Dupuis (Benjamin Winters), Max von Sydow (Jakob Bronski), Dakota Goyo (Timmy Winters), Domini Blythe (Jane Radley), Kris Holden-Reid (Jakob de joven), Regan Jewitt (Melanie de joven), Alexandre Nachi (Christopher de joven)
GUION: Jefferson Lewis; basado en la novela de Matt Cohen
MUSICA: Normand Corbeil
FOTOGRAFIA: Luc Montpellier
MONTAJE: Arthur Tarnowski
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