SALTO AL VACIO

Hayden Christensen lucha contra el malo de Samuel L. Jackson Hay dos formas de examinar a Jumper (2008) con la estricta mirada de un dogmático o la volátil curiosidad de un adolescente. Quien opte por la primer mirada, quizás nunca llega a los títulos de cierre, mientras que el requisito para disfrutarla de punta a punta es no juzgar su desarrollo ni acumular expectativas.

Su director, el neoyorquino Doug Liman es un tipo que tiene bien en claro como se estructura una película de acción. Su participación en Mr. and Mrs. Smith (2005) y The Bourne Identity (2002) constituyen la muestra más cabal de su perfil técnico. Diálogos, los básicos para seguir los movimientos; desplazamientos de cámara, rápidos y permanentes; todo esto aliñado con disparos, latigazos y cualquier exposición que genere nerviosismo en el espectador.


Aunque se trata de un producto que apunta al ego juvenil, la música es su aspecto más descuidado. Si bien el compositor John Powell (un especialista en orquestar bandas de sonido) intenta transmitir el espíritu del rock en cada track, nunca logra dar con la cuerda justa. Las escaramuzas y lo instrumental son como dos canales independientes que en algún punto se tocan, pero que casi nunca se ensamblan. Se podría justificar a Liman – o a Powell- diciendo que su intención es mantenerse fuera de la estética del videoclip, pero la diferencia entre no querer y no poder es tan amplia, como la que separa al rock de la balada.

De qué va. El joven David Rice descubre en una situación límite la habilidad para teletransportarse. Esto abrirá las puertas de un mundo fascinante y le permitirá viajar de un punto a otro del universo sólo con dar un salto al vacío. Pero pronto descubrirá que no está solo. Una secta llamada Los paladines, se dedican a cazar a "los saltadores".

El galán y su chica, la sensual Rachel BilsonAl hueso. El tema de los súper poderes es un tópico que prendió fuerte entre el público, pero que está llegando a su punto de agotamiento. Y si bien, históricamente, siempre hubo justicieros (Batman, Superman, Spiderman), con X-Men (2000 - 2003 - 2006) los héroes dejan de habitar en fortificaciones amuralladas, vestir trajes especiales y ocultarse en un antifaz, para convertirse en gente normal. Encima, series como Los 4400 y Héroes se encargaron de sacarle hasta la última gota de poder a esta idea lucrativa.

En Jumper se sigue esta misma línea, aunque con algunos defectos importantes. Si bien esta programada como una trilogía, el primer episodio de la saga, no ofrece ningún desarrollo del personaje y deja muchas preguntas sin responder. Nadie sabe las causas o los alcances que tiene ese don, si lo contrajo o es hereditario y cuales son las consecuencias de un uso intensivo. Como única explicación, los productores parecen dispuestos a confirmar lo obvio, que "el tipo es distinto, sí y… cuál es”. Pero esto sólo alcanza para un rato de diversión, no para una secuela.
La ficha ganadora de Jumper es la idea desde la que parte. Si se la condimenta con buena mano –no es el caso de la actual- puede llegar a resultar un plato sabroso. Pero se nota que todavía le faltan algunas vueltas de horno para convertirse en un bocadillo tentador.

En definitiva. Para el que busque un rato de diversión, sin grandes pretensiones. Si alguien le pone un gramo de ilusión está perdido. La clave para disfrutarla es el desinterés.

5/10



TITULO: Jumper
poster asiático de JumperESTRENO: 3 de abril (en Argentina)
ORIGEN: EE.UU.
AÑO: 2008
DURACION: 88 minutos
DIRECTOR: Doug Liman
REPARTO: Hayden Christensen, Samuel L. Jackson, Diane Lane, Jamie Bell, AnnaSophia Robb, Michael Rooker, Rachel Bilson, Tom Hulce
GUION: David S. Goyer, Simon Kinberg, Jim Uhls (Novela: Jumper de Steven Gould)
MUSICA: John Powell
FOTOGRAFIA: Barry Peterson
WEB OFICIAL: http://microsites2.foxinternational.com/es/jumper

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ví las colas en el cine y la verdad es que me dieron ganas de verla. Seguiré tu consejo de ir con poco expectativa. Igual te aclaro que tengo cierta compulsión por pagar 18 pesos para ver garchas atómicas. Sin ir demasiado lejos, soy el gil que la semana pasada pagó una entrada para ver 10000 AC. Sí, Marcelo, era yo. El film no resiste ni siquiera el primer minuto: apenas escuché la primera línea de dialogo me pregunté cómo había llegado a esa sala.
Galvao

Marcel Celmar dijo...

Igual, esta lo mejor que tiene es la idea, mal desarrollada, que de a ratos entretiene y en otros te preguntás qué estás haciendo.

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